La planta de Carlos Casares ocupa alrededor de 90 empleados.
En distintos medios nacionales trascendió que el Molino Lagomarsino, que tiene una importante planta en Mar del Plata, decidió cerrar sus puertas. El diario La Nación dice lo siguiente: Según trascendió de fuentes del sector, la planta, que tenía 65 empleados, ahora suspendidos, era para exportar harina de trigo a destinos de ultramar en los cuales la Argentina hoy no puede competidor por los altos costos. El año pasado el país exportó 600.000 toneladas de harina pero concentradas en un 96% en Brasil y Bolivia, mercados de frontera. La industria tiene una capacidad para procesar 12,5 millones de toneladas de trigo, pero hay una capacidad ociosa del 50%. La firma, que mantendrá sus plantas de Avellaneda, Carlos Casares y Navarro, señaló: «Tal medida -por el cierre- fue resuelta a raíz de que ya hace mucho tiempo han dejado de regir los menores valores del trigo de la zona de Mar del Plata, que la hacían competitiva en la actividad, sumado a ello que hay que transportarla con los costos adicionales de fletes, hoy de importantísima incidencia en los costos generales», dijo. Lagomarsino agregó que la situación se agrava por la sobreexistancia de oferta de harina en el mercado local.
CASARES SEGUIRÁ
Ante la consulta y preocupación de lectores que nos consultaron todo indica que el molino local seguirá funcionando normalmente. Y es bueno saberlo porque son muchas las familias que dependen del mismo, ya que cuenta con alrededor de 90 empleados, lo que no es poco. Y con el cierre de la empresa marplatense todo indica que la planta local recibirá más trigo e incrementará su producción de harina. Por lo demás la harina que produce el molino local, tiene fama de ser la mejor de plaza. Así lo hemos oído de gente de la industria panaderil, que la considera una harina premium.