Aseguró Pablo, el conocido sindicalista, quien se refirió a la situación de la popular Laguna de Gómez y por qué corren peligro los pueblos aledaños y algunos sitios de la ciudad.
El titular de la CTA, Pablo Micheli, radicado desde hace unos años en Junín, fue entrevistado por nuestro colega y colaborador Juan José Pfeifauf, luego de que el sindicalista tomara un papel activo ante el avance del agua en el noroeste bonaerense.
En los últimos días y ante la falta de respuesta oficial por el problema de las inundaciones, Micheli y un grupo de vecinos decidieron autoconvocarse y realizar asambleas barriales, solicitando la urgente intervención del gobierno nacional. El objetivo: evitar que Laplacette y varios pueblos queden bajo el agua.
JJP: -¿Por qué decidieron movilizarse? ¿Está en peligro Junín?-
PM: Es muy triste la situación que se vive en la ciudad y en los pueblos de alrededor. Laplacette, especialmente, está a punto de desaparecer. Es un poblado que conozco desde chico. Hace 10 días que no llueve pero sigue ingresando agua en la zona. La Laguna de Gómez está saturada y es muy peligroso, porque si llegara a llover demasiado, en pocas horas, gran parte de Junín quedaría bajo el agua.
JJP: -¿Las autoridades tardaron en gravitar sobre el problema?-
PM: El intendente (Pablo Petrecca de Cambiemos) tiene desinformada a la población. No se conoce si tiene plan de contingencia por inundaciones y sólo han declarado la emergencia hídrica, lo que implica solamente no cobrarle impuestos a los afectados. El gobierno provincial está con la cabeza puesta en el proceso electoral
JJP:-¿Qué deberían hacer las autoridades para evitar una catástrofe ahora?-
PM-Como toda esta situación se ha desbordado, debe intervenir en forma urgente el gobierno nacional. Hay canales clandestinos en la zona de General Pintos y Ame-ghino. Toda esa masa de agua llega a Junín por pendiente. Los chacare-ros abren canales cuando hay aguas en sus campos y casi todos desembocan en la Laguna de Gómez.
Pablo Micheli, quien nació en Ferré, partido de General Arenales, se fue a vivir a Junin con su familia a los 8 años de edad. Allí, su padre, militante comunista, conce-sionó una cantina en la Laguna de Gómez, hasta que la última dictadura militar se la expropió.
Por ello, el sindicalista conoce bien el peligro que representa hoy el alto nivel que tiene la popular laguna: “Si no le bajan como mínimo un metro, cuando ingrese más agua revienta e inunda a varios lugares aledaños”, recalcó Micheli.