Una de cal, otra de arena, a veces alcanzamos los primeros planos de la prensa nacional por hechos desgraciados, un ciclón, crímenes horrendos, inundaciones, la muerte de un ídolo, un hallazgo de drogas, pero en otras oportunidades tocamos el olimpo por hechos gratos como el ascenso del club Agropecuario Argentino al Nacional B, que permitirá a los casarenses disfrutar desde adentro el fútbol grande, aunque últimamente por los acontecimientos que todos conocen, no parece ser tan grande…
Lo cierto es que la fama no es puro cuento para los casarenses. Quienes no están en nuestro terruño y escuchan y leen lo que aquí acontece pensarán que esta comarca y sus ciudadanos escapan a la media nacional. Aquí pasan muchas cosas, aunque parafraseando al Negro Rada, podríamos decir: …pasan cosas raras, tengo mucho miedo que venga la mala, tocá grita la hinchada, tocá y cantá tranquilo, dejá no pasa nada…
Volviendo a nuestra dinámica pueblerina, aquí, sea para lamento o jolgorio, el ambiente está movidito, pasa de todo, incluso hasta la anécdota de un perro sentado en un banco de la iglesia a la espera de tomar la comunión.
Hasta es anecdótico que al ganar Agropecuario y tocar la gloria de su clasificación, su dueño, mentor y mago se encuentre en Brasil gozando de las arenas blancas y el agua turquesa. Se perdió el inefable Bernie el calor del festejo, que a miles de kilómetros se le hizo tibio , aunque en su corazón seguramente rugía la llama de la verdadera hazaña futbolística lograda.
Dejemos atrás nuestras famas mediáticas por hechos que nos avergüenzan o nos duelen demasiado, y aprovechemos la buena onda que nos trae el deporte local, o hagamos votos para que el joven cheff local Gonzalo Fuentes le ponga huevos a sus platos y gambetee los aplazos del caricúlico jurado en el promocionado programa Dueños de la Cocina.
Es casi profético, donde ocurre algo importante, sea de lo que fuere, bueno, malo, espectacular o extraordinario, siempre hay un casarense…