¿Quieren la voz seductora de los candidatos, plena de falsas e ilusorias promesas, cantos de sirena como los que concibió Homero en su célebre Odisea para atraer a los navegantes….. ¿Eso es lo que quieren los casarenses de los políticos, o propuestas realistas, proyectos concretos y críticas serias y constructivas?. Ya ha comenzado la campaña para las próximas elecciones legislativas llamadas PASO (Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias), en las que las diferentes líneas internas de los partidos políticos deberán confrontar para definir las listas que competirán en las elecciones generales de octubre. Unas PASO acotadas por los arreglos y componendas de las diferentes expresiones partidarias para evitar la confrontación interna. No obstante los argentinos y en nuestro caso los casarenses irán a votar y deberán elegir. Una tarea que no se hace fácil en un escenario embarrado, en el que las acusaciones, descalificaciones, la confrontación calumniosa, las sospechas malsanas y la puja por el poder, todo lo ensucian.
Esperemos que en Carlos Casares ese virus al que llaman la grieta no contamine a los políticos locales, y veamos una campaña de promesas fundadas, propuestas superadoras, críticas constructivas y el afán de mejorar, sin necesidad de enchastrar a nadie con la mugre de la sospecha o inventar fantasmas donde no los hay.
A través de los años los casarenses hemos tenido la suerte de convivir en un panorama político de alternancia, con el manejo de un timón que no conoció hegemonías, sino por el contrario fue dirigido por capitanes de distinto color político, lo que habla de un electorado maduro, en el que los independientes inclinaron la balanza hacia uno u otro lado, cual árbitros que supieron equilibrar las fuerzas premiando o penalizando los resultados.
Y una vez más, según algunas encuestas que llegaron a nuestra mesa de redacción, el núcleo llamado independiente del electorado local, será el árbitro de la próxima contienda. Y esa revelación hace injustificable la puja descarnada entre defensores de una u otra ideología, cuando en realidad quien elige no abona con fanatismo a ninguna de ellas, sino que elige con criterio y evaluando, como decíamos antes, los resultados. Si lo que ve, percibe y recibe está bien, hará lo que deba hacer, de la misma manera que si escucha cantos de sirena plenos de faltas e ilusorias promesas. Hoy, los independientes mandan, la política no es lo que era.