Entendemos que como en el juego de El gran bonete cada cual juega su juego, pero ¿valía la pena tantos días perdidos de clases, tantas marchas, agresiones, complicar a padres, alumnos y a la opinión pública en general, si finalmente el gobierno provincial se puso a tiro de las demandas docentes?. Creemos que no, que todo pudo haberse evitado con un criterio más amplio, reconociendo que la docencia está año a año sumida en una lucha acaso indigna para poder lograr que se les reconozcan sus funciones con una paga acorde y criteriosa, cuando otros sectores de la fuerza del trabajo y de los que cobran y no van a trabajar se ven recompensados de manera superlativa o al menos en consonancia con sus necesidades. Trascendió que los gremios docentes estarían por aceptar la última oferta del gobierno provincial que se acercaría al 27% de incremento, apenas unos puntitos del reclamo gremial, lo que permitiría cerrar un acuerdo.
Es de esperar que así sea, y que el año que viene, porque seguramente se va a revivir esta odisea, no jueguen a ver quién da menos y quién pide más, permitiendo que haya días y días sin clases en perjuicio de los niños y también de sus padres, cuya planificación familiar importa. La gobernadora Vidal ha hecho sus deberes, ¿no los podría haber hecho antes?.
¿No pudieron haber arreglado antes?