La buena vecindad es saludable, y cuando ésta viene de muchos años y reina la armonía y la colaboración entre vecinos, da para el aplauso.
En el frente de la vivienda de Coquiano Luzzi en Ada. San Martìn extrajeron un añejo árbol, ya prácticamente seco, reemplazándolo el frentista por una nueva especie que requería de un par de tutores para que crezca derecho y sin problemas. Luzzi, que es bancario no es demasiado ducho para esas tareas, por lo que su amigo y vecino Tulio Mattos, de profesión joyero-relojero se ofreció a ayudarlo, aunque de martillar poco y nada sabe. Varias horas les llevó la tarea, que no estuvo exenta de discusiones botánicas, carpinteriles y filosóficas, para colmo el martillo era de la edad media y poco ayudaba. Finalmente los tutores fueron colocados, la planta agradecida y segura, celebrando los vecinos la tediosa tarea con un apretón de manos.
Luzzi como cajero de banco tiene manos para contar plata y no para martillar tutores. Zafó de aplastarse un dedo pero tuvo que pedir ayuda a su vecino.