El problema habitacional casarense es sumamente complejo. Días pasados en una nota editorial comentábamos que el crecimiento demográfico, que es escaso, no va de la mano de la demanda de viviendas en nuestra ciudad, que es realmente alto. Hoy vamos a tratar otro tema relacionado.
MÁS DE 1000 VIVIENDAS DESOCUPADAS
Se ha establecido que en nuestra ciudad y también en la zona rural abundan las viviendas desocupadas, algunas cerradas por sus dueños por una u otra razón y muchas en estado de abandono. Nada se puede hacer con ellas, son propiedad privada y por lo tanto es imposible alentar acción alguna para que sus propietarios decidan que hacer con ellas. Muchas otras se encuentran en venta, y en un censo a pluma alzada se contabilizan más de 50 en el radio urbano, muchas de ellas céntricas con el cartel de SE VENDE, pero son muy pocas las operaciones que se concretan.
LA IMPOSIBILIDAD DE ACCEDER A CRÉDITOS
Quienes reclaman por una vivienda están por lo general alquilando, y dicho alquiler les insume gran parte de su sueldo. Les es imposible acceder a créditos hipotecarios porque de ninguna manera pueden afrontar el alquiler y la cuota del crédito hasta poder habitar la vivienda que construyan. Eso sin contar que para solicitar un crédito deben tener un terreno, cuyos valores son sumamente elevados. Por lo demás son créditos indexados que atento a las circunstancias que se han vivido en este país, muchos no se animan a tomarlos.
LA PROVINCIA Y LA NACIÓN AUSENTES
No hay a nivel provincial ni nacional programas habitacionales que permitan satisfacer al menos parte de la demanda, que en Casares alcanza a 300 ó 400 familias. Hay promesas, generan expectativas, pero hasta el momento nada concreto. A nivel municipal ya no saben que puertas golpear. La vivienda es un derecho, una familia que no tiene un techo propio vive en la angustia y la incertidumbre, si alquilan no saben hasta cuando van a poder pagar, si encaran un crédito los impedimentos hacen que muchos desistan. Y mientras tanto se da la incongruencia que más de 1000 viviendas están deso-cupadas, cerradas, deteriorándose y sus propietarios nada hacen. Por eso decimos que el tema es complejo, de muy difícil solución, y quien la tiene, que es el gobierno provincial o el nacional, no lo consideran como una prioridad.