Como no podía ser de otra manera, terminó copiándose en nuestra ciudad el proceder -últimamente cotidiano- de los jóvenes estudiantes que con amenazas falsas de bomba hacen evacuar los establecimientos causando caos e incertidumbre. Bueno, aquí en Casares acaba de pasar lo mismo. Tres chicos de 15 años alumnos de 4to. 2da. división del instituto Juan XXIII, alentados seguramente por la acción de sus iguales porteños, alrededor de las 8,50 hs. del jueves hicieron una amenaza, o mejor dicho tres de bomba por sus celulares. Las recibió la Sria. del establecimiento Alejandra Giachetto, la primera intermitente se escuchó la palabra BOMBA, la segunda que volaba todo en 5 minutos y la tercera muda. Ello motivó la inmediata ejecución del protocolo de práctica que las autoridades del establecimiento tienen para este tipo de acciones, evacuando de inmediato las instalaciones del mismo. Fue así que en unos minutos se llenó la plaza de alumnos, eran más de 300, y sus profesores quedándose a la espera de las actuaciones policiales correspondientes a fin de determinar la veracidad de la denuncia. Rápidamente la División Explosivos de la policía con asiento en Pehuajó, equipada convenientemente para este tipo de emergencias, se hizo presente en las instalaciones del instituto educativo y comenzó la revisión de la totalidad de las instalaciones, dando la misma resultado negativo. Había sido una falsa alarma producto de alguien que quiso causar pánico y las molestias propias de un hecho de esa naturaleza.
¿UNA
TRAVESURA?
Cosas de chicos, decían… que como tal no tardó en conocerse la verdad, ya que la madre de uno de los responsables se ocupó de anoticiar a las autoridades del colegio sobre la autoría de las amenazas proferidas desde teléfonos celulares. Dos de ellos se hicieron presentes y dieron cuenta de quien era el tercero, dando lugar a una orden judicial de registro, requisa y secuestro en su domicilio, siendo hallado el celular en cuestión desde el que se había registrado uno de los tres llamados.
El suceso dio lugar a la formación de una causa judicial por INTIMIDACIÓN PÚBLICA, pero por el hecho de ser menores de edad sus autores, no es de esperar que pase demasiado.Se conoce el nombre y apellido de los responsables de la amenaza, pero por razones legales los mantendremos en reserva.
¿MULTAS?
Trascendió que por el hecho mencionado los autores o eventualmente sus padres se harán pasibles a fuertes multas (se tiraba una cifra de $ 60.000), lo que no suena demasiado verosímil, aunque no puede ser descartado si es que se ha legislado al respecto. Una fuente consultada dudó de esa posibilidad dado que el carácter de menores de edad de los autores los hace inimputables.
Sea como fuere se merecerían algún correctivo que los ayude a comprender la magnitud del hecho cometido, que puso en vilo a cientos de alumnos, profesores y vecinos, ya que aparte del colegio debió ser evacuado el templo parroquial en el que en esos momentos se llevaba a cabo una ceremonia.
REUNIÓN CON LOS PADRES
Se sabe que en el día de ayer por la mañana se reunieron las autoridades del establecimiento con los padres de los chicos que realizaron la amenazante llamada, desconociéndose cual será el temperamento que asumirán las autoridades. Se hablaba de una suspensión, pero el hecho de que alguno de los chicos esté comprometido con las faltas podría dejarlo fuera del colegio. También se hablaba de tareas comunitarias, pero no ha llegado a nuestra mesa de redacción definición alguna.
En otras oportunidades de indisciplina y en otro establecimiento llegó a aplicárseles a los alumnos comprometidos suspensiones con asistencia y separación en los recreos del resto de sus compañeros, así como también tareas comunitarias con orientación educativa. Se desconoce cuál será la resolución que tomará la mesa directiva del Juan XXIII.