El peligro para ellos no existe, para nosotros debe existir
Lo sucedido días pasados con un niño de un año y medio que se cayó al interior de una pileta de natación y su cuerpito fue hallado sumergido ya prácticamente sin vida, nos enseña que todo cuidado es poco, que unos segundos de descuido pueden terminar en una tragedia. Y en esta frase de manera alguna pretendemos responsabilizar a los padres de esa criatura, que sabemos son cuidadosos y responsables, sino simplemente el alertar a todos los padres a que en los meses de verano especialmente cuando se usan las piletas de natación y la familia vive más al aire libre, que extremen toda las precauciones posibles, cerquen la piletas, tengan especial cuidado con el estado de los cables y las conexiones de los motores, no pongan al alcance de los niños cloro en bidones o en pastillas y demás líquidos para el tratamiento del agua. En caso de ocurrir un accidente en el que un niño caiga al agua y sufra un principio de ahogamiento practicarle de inmediato la reanimación cardiopulmonar (RCP), y luego ponerlo en manos de un profesional.
También se debe tener especial cuidado con las bombas aspiradoras, causantes de accidente fatales por falta de rejillas y prevenciones adecuadas.
Para los niños, especialmente aquellos de muy corta edad el peligro no existe, pero debe existir para nosotros que debemos evitarles todo riesgo. Y es bueno mencionarlo, no solo en la piscinas familiares o públicas existen los riesgos, no debemos olvidar que la mayoría de los accidentes en los que son víctimas los niños ocurren en el hogar. Ya sea por problemas con las instalaciones eléctricas, tomas corriente al descubierto, heladeras sin aislación, elementos cortantes a su alcance, cocinas encendidas y cacerolas con líquidos hirviendo o sartenes friendo.
No queremos alarmar, simplemente prevenir o ayudar a prevenir. Se dice que los niños tienen un Dios aparte y seguramente debe ser cierto, pero de todas maneras no está demás ayudar a que ese plus que tienen porque son «ängelitos», cuente con las prevenciones y cuidados mencionados, porque como decíamos, «los niños son pequeños cristales con vida propia».