Vamos a usar las palabras del conductor de un vehículo que circulaba circunstancialmente el martes ppdo. por el tramo de la ruta 5 a la altura del km. 318,500 donde un micro de la empresa Crucero del Norte que se dirigía hacia Buenos Aires, volcó sobre la banquina opuesta quedando a un paso de caer completamente sobre la laguna que bordea la ruta. Dicha persona que dijo ser oriunda de la ciudad de Mercedes y esto le decía a nuestro reportero gráfico: «Estoy asombrado por el desempeño de los bomberos de su pueblo. Yo llegué al lugar apenas un par de minutos de ocurrido el accidente. Llovía en esos momentos en forma torrencial. Todo era caos y desesperación, se escuchaban gritos, algunas personas que como yo intentaban socorrer a los pasajeros, pero nadie sabía bien que hacer. A los pocos minutos llegaron los bomberos, quienes con un orden, elementos y con una preparación que me causó asombro, comenzaron de inmediato con las tareas de auxilio y salvamento, tomando todas las precauciones y asegurándose que nadie haya quedado en el interior del micro. De inmediato se hicieron cargo de facilitar el traslado de las personas que estaban heridas, uno parecía fracturado, y acto seguido del resto de los pasajeros, la mayoría muy mojados, con mucho frío, asustados y preocupados por sus valijas y demás pertenencias. También los bomberos se ocuparon de eso y no cejaron hasta que el último bulto o valija sea retirado del micro. Luego fueron conduciendo a los pasajeros y choferes a la ciudad, pienso que para atender sus necesidades más urgentes. Observé que también la policía cumplió una labor eficiente, cortó la ruta, ordenó el tránsito y colaboró en el salvataje. La verdad es que los felicito, no conozco Carlos Casares, pero veo que están muy bien protegidos y resguardados por sus bomberos y policía».
Creimos que valía la pena mencionar la charla de nuestro cronista con el conductor aludido porque muchas veces, no siempre, los casarenses no nos damos cuenta de lo que tenemos, que en el caso del Cuerpo de Bomberos Voluntarios es modelo en su género, por su equipamiento que es óptimo, pero más aún por su material humano, en constante preparación y entrenamiento, y su vocación solidaria que no sabe de desmayos, sea la hora que sea y el evento que se trate. Lo que dijo esa persona es ni más ni menos lo que se ve en cada siniestro al que concurren los bomberos locales. La vocación, sin preparación ni orden, de poco sirve, como tampoco la preparación y la experiencia si no se cuentan con los elementos necesarios para cumplir con tan riesgosa tarea.
Podemos decir que los bomberos de Carlos Casares lo tienen todo, y no es por obra de la casualidad sino por una jefatura consciente de la importancia del cuerpo para una comunidad que por su crecimiento está cada vez más expuesta a imprevistos, que no sólo tienen que ver con el fuego, sino también con la accidentología y otros tantos tipos de siniestros que ponen en riesgo los bienes y las vidas de las personas.
Nuestro cronista nos refirió lo ocurrido con orgullo, porque en ese momento se sintió más casarense que nunca.