Un 22 de noviembre de 1992, el más grande de los deportistas casarenses se cruzó con la faltalidad en la ruta 205 en Lobos. En nuestra ciudad y en Lobos habrá homenajes al múltiple campeón de TC, considerado uno de los más grandes volantes del auto-movilismo nacional.
25 años del Príncipe de Carlos Casares
La fatalidad, fiel aliada de los riesgos del automovilismo, se devoró aquella mañana la vida del Toro o el Príncipe, como se lo conocía en el ambiente, cuando marchaba rumbo a una nueva victoria en la categoría más popular del mundo motor argentino.
Con su espíritu ganador y combativo, Roberto Mouras se la jugó en el trazado bonaerense en pos de descontarle puntos a Oscar Aventín, por entonces líder del campeonato. La ruta 205 en las cercanías de Lobos, fue el escenario de la tragedia, cerca del cruce con la 41, donde una multitud presenció con incredulidad cómo un montículo de tierra frenó a la Chevy de Mouras, que venía a 230 kilómetros por hora y descontroló su curso al reventarse una goma delantera.
El golpe fue seco y escalofriante, como lo fue el silencio de los miles de fanáticos que presagiaron en ese momento lo que nadie quería: el final de la vida de un enorme piloto de 46 años, que sólo quería ganar la carrera y su cuarto título de TC.
LO QUE DECÍA
«EL GRAFICO»
Roberto José Mouras había nacido el 18 de febrero de 1948 en Moctezuma, pero por cuestiones laborales, su familia se trasladó a una ciudad cercana, Carlos Casares, donde afincó sus sueños de futuro campeón. Tuvo su paso fugaz como futbolista del club de la ciudad, donde se desempeñaba como un rústico número cuatro, pero fue la música de un motor de carrera lo que le provocó una verdadera seducción.
Se inició en las cuadreras de la zona con un Chevrolet 400, después llegó el Turismo Anexo J con un Torino marrón metalizado y en el ’74 se subió por primera vez a un podio de TC en el Autódromo municipal de Buenos Aires, cinco años después de su estreno en la divisional con Torino. En aquel 1974 había comprado su primera Chevy, que se transformó más tarde en la emblemática «7 de Oro», con la preparación de Jorge Pederzoli y Omar Wilke. Con ella enhebró seis victorias consecutivas, récord aún vigente en TC. En 1979 pasó a Dogde y obtuvo tres campeonatos seguidos: 1983, 1984 y 1985. Un año después regresó a Chevrolet para consolidar su identificación con la marca del moño. Roberto Mouras ganó post morten la carrera de Lobos y sumó 50 triunfos en TC, detrás de Juan Gálvez, nueve veces monarca y máximo ganador con 56 victorias.
Hoy en nuestra ciudad se construye el Museo que tendrá sus autos y su historia relatada desde el inicio hasta el 22 de noviembre de 1992 quién fuera el mayor deportista de nuestra ciudad.