Los funcionarios, como su nombre lo indica son aquellos que ocupan una función o empleo en la administración pública. Si a los municipios nos referimos, el único funcionario del Departamento Ejecutivo inamovible es el intendente, salvo que incumpla deberes específicos por los cuales puede ser removido. El resto de los funcionarios pueden ser desplazados, reemplazados o rotados, según lo disponga el jefe comunal, sea para introducir cambios en función de nuevos proyectos, optimizar áreas para las cuales un funcionario no es idóneo o capaz o estime a su real saber y entender que es saludable realizar cambios cuando el desgaste de sus funcionarios no imprima a la administración pública la agilidad y eficiencia requeridas.
Objetar cambios, reemplazos o resistirse a la rotación, es entorpecer el proyecto de quien elegido por el pueblo estima que su decisión es beneficiosa.
Tras los resultados de las últimas elecciones legislativas en las que el partido del oficialismo resultó derrotado, es probable que haya sido una señal para que el titular del Departamento Ejecutivo estime que debe darle mayor impulso a su gobierno con la introducción de algunos cambios en distintas áreas, y acompañarlos con un recambio de funcionarios. Si bien tal recambio aún no fue anunciado en forma oficial, trascendieron extraoficialmente, dando lugar a manifestaciones públicas de adhesión o descontento, generándose en algunas áreas, por ejemplo en el hospital, una serie de versiones que tenían que ver con materializar la desconformidad de algunos con medidas de fuerza a manera de protesta. Por otra parte personal de dicho nosocomio, incluidos conocidos médicos, tomaron partida ante el conocimiento de esos probables cambios, solidarizándose con funcionarios que formaban parte de los movimientos dispuestos por el Intendente Municipal.
¿Hasta qué punto es válido ese tipo de cuestionamientos?. Si bien a todo ciudadano le asiste sin duda alguna el derecho de opinar, la decisión de un intendente es inobjetable desde el punto de vista político, sin perjuicio de que pueda equivocarse o no alcanzar con el recambio de sus funcionarios los objetivos deseados.
Es necesario aclarar que la presente evaluación es también política, por lo tanto no mide las capacidades de los funcionarios involucrados ni menoscaba su idoneidad, tan sólo pretende dejar en claro que desconocer las atribuciones de un gobernante, es cuanto menos una imprudencia, por más que en lo personal guarden simpatía, rencor, admiración o el sentimiento que sea. Porque cuando alguien defiende a una persona, en cierta medida está atacando a otra y por supuesto tomando partido.