El martes 20, a los 60 años, murió de un infarto el querido vecino
Recorrió los caminos defendiendo, como si fuera la más noble causa, el honor de un nombre y apellido
que Saúl, como herencia le dejara…
Fue soldado altivo de bandera invicta,
defendiendo con honra esa herencia….
Soldado de noble prosapia,
llenando de gloria su huella…!
La vida es un baúl de vivencias, recuerdos queridos, que van escribiendo un marchar feliz. Y aunque haya algunos momentos que nos causan dolores y penas, quedarán grabadas esas horas buenas que son como flores de hermoso jardín. Y la lucha diaria que marca el sendero, donde nuestra senda escribe su andar, es una cadena de honrosas batallas que escribe las páginas de nuestro marchar. Y cuando un día su padre querido se fuera dejando una herencia que debía cuidar, que fueron su nombre y su apellido y el recto camino que supo marchar, como un soldado de noble prosapia, caminó esa senda sin apartar jamás. Osvaldo, guerrero de tan noble causa, la vida con honra te ha visto en tu andar.
Y siempre marchando el camino recto, los brazos abiertos para la amistad y un lugar enorme en su cálido pecho, abrigando sueños de él y los demás, así fue escribiendo su historia de vida, junto con su hermana y con su mamá. Vivió siempre en el barrio, cosechando afectos y en el trato diario escribió la historia que lo ha de recordar… Venta de calzado de vestir y deportivo, que fuera el fondo de comercio de Olimpia Sport, donde cada cliente se sintió un amigo, y donde cada fiado fue cuestión de honor. Se arrimó a las carreras de karting y motos, formando su lucha y su gran pasión…. La vida lo hizo padre, amoroso y tierno, de cuatro retoños, su prolongación, Nicolás, Alex, Bruno y Luz, la raíz de anhelos que la vida le dio…, Y en ese compendio de esperanza y sueños, de la lucha diaria por el subsistir, fue haciendo su vida Osvaldo Jusid. Pero un día el camino mostró su final, y montando la enorme pena de la despedida, cabalgó el sendero del saludo final, con el corazón roto de angustia y dolor, se marchó en silencio, con honra y honor, dejando una estela de una enorme pena que fue un pañuelo diciéndole adios…
Luego de este mensaje de despedida, vayamos a la crónica funeraria. Osvaldo Jusid, cuando contaba 60 años cumplidos un par de meses atrás, a raíz de un infarto, dejó de existir en la mañana del 20 de febrero. Hijo del recordado comerciante y político Saúl Jusid, era propietario, junto a su madre Bibí y su hermana Silvia, de un comercio dedicado a la venta de calzado e indumentaria deportiva en la Avenida 9 de Julio, donde vivía y ocurrió el lamentable hecho de su muerte. Mientras estaba realizando tareas hogareñas, cayó al piso y ante los pedidos de ayuda de dos de sus hijos que estaban con él, acudieron vecinos, entre ellos Rubén Foglia, Presidente de los Bomberos Voluntarios de Carlos Casares, que le hicieron tareas de reanimación, mientras llegaba la ambulancia que lo trasladó al Hospital Municipal, donde dejó de existir. El infarto le quitó la vida.
La honda pena que su deceso produjera, quedó demostrado en el acto de su velatorio y su posterior inhumación en el Cementerio Municipal. Era padre de 4 hijos, Nicolás, Alex, Bruno y Luz.
A los familiares y amigos del querido vecino, hacemos llegar nuestro mensaje de pésame y al alma buena de Osvaldo Jusid, un ruego al Señor, por su eterno descanso.