CASARES ESTÁ EN OBRAS
Hasta el más obtuso de los casarenses si se abstiene de pensar desde el lado de la política partidaria, debe reconocer que el cambio que ha experimentado Carlos Casares en los últimos años es notable. Aún a pesar de la crisis que cada vez se hace más intensa, Casares no ha dejado de crecer, podemos decir que está continuamente en obras. Que un barrio, que el tendido de cloacas, alumbrado, pavimento cordón cuneta, ahora la plaza, bacheo, rotondas, hermoseamiento, y un sin fin de obras que le hacen mejor la vida a los vecinos, los que tal vez no tomen la verdadera dimensión del crecimiento casarense, porque este es paulatino, como aquel que construye una casa y mes a mes la va mejorando, dotándola de mejores comodidades, hoy el garaje, mañana el quincho, por qué no una pileta, el jardín, lugar de juegos para los chicos, en fin, un crecimiento continuo que hace que la costumbre le quite trascendencia, pero que es más calidad de vida, que en suma es el disfrute lo que hace placentera la existencia.
Pero el pensar que está todo hecho, tampoco sería sensato. Mientras haya casarenses que no tienen vivienda, comedores escolares que aumentan la concurrencia, vecinos que no cuenten con una cobertura social, ni tengan aportes jubilato-rios porque trabajan en negro, o que no tienen trabajo, siempre habrá una deuda pendiente, la que tal vez no pueda saldarse desde la comuna, sino que le compete a las autoridades provinciales y nacionales, pero la acción solidaria e intermediaria del gobierno municipal puede lograr que en parte se vayan subsanando esas carencias sociales que no permiten, como quien dice, que la felicidad sea completa.
Cuanto más política mejor, pero política con mayúscula, que se use para mejorar la vida de los vecinos, de todos los vecinos, sin distinción de colores partidarios, no aquella devaluada por la mezquindad y ambiciones de los que la entienden como la destrucción o demonización del adversario, pensando tal vez que el pueblo come vidrio, que no ve la realidad, ¡y que equivocados que están!.
Volvamos a las obras, que como siempre se dijo son amores, y los amores son la sal de la vida, sinónimo de bienestar y progreso. Un pueblo en obras es un pueblo que crece de cara al futuro.