A veces se necesita muy poco para ser querido. Ser servicial, atento, siempre con una sonrisa en los labios, humilde, buen padre y mejor abuelo. El popular Raúl Ariel Pace reunía todos esos requisitos, trabajador de toda la vida en el municipio, ultimamente en la Guardia Urbana, «Batata
» era querido y respetado por todos. Y es por eso que la noticia de su fallecimiento ha provocado un profundo pesar entre quienes eran sus seres queridos y sus muchos amigos.
Pace era víctima de una enfermedad de esas que no perdonan, y pese a que luchaba para reponerse, su salud se deterioraba continuamente. Fue hallado sin vida en su domicilio, caído sobre el piso, por lo que se deduce sufrió un sorpresivo ataque cardíaco. Sus restos recibieron sepultura el lunes a las 9,30 hs. ante un acongojado cortejo fúnebre.