Salva bombero de morir asfixiado a un joven de 16 años con cierto grado de discapacidad madurativa
El martes siendo las 19,45 hs. se recibe en bomberos un llamado a la guardia de emergencias dando cuenta de un incendio en una vivienda de la calle H. Yrigoyen casi Schapira, a metr
os de la cancha de Deportivo Casares. La casa es habitada por la familia Deluchi – Córdoba, hallándose en esos momentos ausente la dueña de casa Elida Córdoba quien le comentó a los vecinos y a los bomberos que se había ausentado por 30 minutos, encontrándose en el interior su hijo, un adolescente de 16 años, que padecería de un cierto grado de discapacidad madurativa. Para ésto habían intentado ingresar a la vivienda incendiada varias personas, pero debieron desistir de su intento en virtud de la humadera que envolvía el ambiente y que caían restos del cielorraso encendiado impidiéndoles llegar a donde presuntamente se encontraba el jovencito.
LA PROVINCENCIAL PRESENCIA DE UN BOMBERO
Quiso la suerte o el destino que a pocos metros de allí se encontrara el bombero
«Pino» Mendez por circunstancias ajenas a sus funciones, quien le relató a El Oeste los acontecimientos: «Yo estaba por el barrio por razones personales, cuando un nenito de unos 4 años me dijo que había un incendio en una casa. Me acerqué ya había llegado allí un patrullero, se veía gente desesperada que había intentado ingresar para salvar a un chico que se encontraba en el interior, pero la caida de restos del cieloraso incendiado y el asfixiante humo que envolvía el interior de la vivienda se lo impedía. Yo dejé de lado toda precaución cuando me dijeron que había un chico atrapado y me mandé al interior de la casa. El humo, denso y asfixiante me impedía ver, por lo que agachado para poder respirar algo de oxígeno y esquivando los restos encendidos que caían del cielorraso me fui guiando por las par
edes hasta llegar a la habitación del pibe, al que encontré sobre la cama boca abajo y las piernas en el piso, con evidentes quemaduras en la espalda y prácticamente asfixiado. Como pude lo saqué, no podía respirar pobrecito porque además despedía de la nariz una mucocidad negra por el hollín, hasta que de a poco fue reaccionando. Igualmente se veían quemaduras no sólo en la espalda sino en otras partes del cuerpo, por lo que deduzco anduvo por la casa intentando salir pero finalmente se tiró en la cama co
mo dispuesto a morir».
Méndez hizo su relato con modestia, demostrando que su condición de bombero no es casual, que en su interior se anida un sentimiento de servicio comunitario y solidaridad que excede
n el propio sentido de conservación, ya que actuó sin las ropas adecuadas de bombero, arriesgando su vida por un semejante.
¿ROPAS SOBRE UN CALEFACTOR?
Se presumía que las razones del inicio del fuego tuvieron que ver con algunas ropas q
ue la dueña de casa colocó cerca de un calefactor para que se sequen. Tal versión no es oficial,hay otras, sino un comentario que trascendió en el lugar del siniestro. Se estima que los daños en la vivienda son importantes, afectando pasillos, el baño, resultando dañadas por el fuego y el humo otras dependencias, debiendo evaluar su dimensión el peritaje correspondiente.
En cuanto a las lesiones sufridas por el joven la quemaduras afectarían un 30% de su cuerpo con algún compromiso de tipo repiratorio y probablemente en algún órgano in
terno por la aspiración del humo. Tal es así que para una mayor seguridad se le derivo al hospital Garrahan de la Capital.