Dicen que ahora «Memo» Gemelli -si quisiera- puede convertirse en el Jorge Zabala del oficialismo.
En política como en muchos otros aspectos de la vida nacional, circulan malditos, profetas y analistas de cachiporra, así como otros que miden las actitudes, estudian las posturas y leen entre líneas, ideando escenarios a futuro. Todo es válido, incluso lo más descabellado.
La renuncia de «Memo» Gemelli como parte del bloque oficial del FpV-PJ-Unidad Ciudadana y el anuncio de la formación de un bloque unipersonal al que llama «Sentido Común y Renovación Carlos Casares», ha dado lugar a una suerte de cisma que motorizó todo tipo de comentarios y deducciones, habida cuenta que «Memo» fue el concejal elegido por el intendente Torchio para encabezar la lista de concejales en las últimas elecciones de 2017.
HERIDAS QUE NO CIERRAN Y SANGRAN TODAVÍA…
El divorcio de «Memo» de su bloque por desinte-ligencias con la presidenta del Cuerpo Ana Laffont, no termina de cerrar, todos creen ver algo más, alimentando teorías de todo tipo.
Una de las especulaciones, que nada tiene que ver con las razones expuestas por Gemelli en su comunicado, cree verlo como artífice de una ingeniería política que lo pone en una posición ventajosa a futuro, como mirando desde arriba, a pesar de ser uno solo, a la espera de los acontecimientos. Tales acontecimientos se producirán recién en 2019 en caso de que el resultado de las elecciones generales sea todo lo caprichoso o ajustado necesario para que se produzca un escenario similar al de 2017, con dos bloques homogéneos y un tercero que en la votación tenga un rol fundamental que permita inclinar la balanza para un lado o para el otro, como también para el suyo propio.
¿COMO ZABALA?
Si se produjera ese «empate» entre los dos bloque minoritarios, en su calidad de integrante de un bloque único tendría la potestad de decidir con su voto quien se llevará la presidencia del HCD, o si se lo propusiera negociar dicha presidencia para su bloque, o sea para él. Algo que pudo hacer Zabala, aunque no lo quiso, prefiriendo pegar el faltazo y hacerle comer a sus ex «compañeros», el polvo de la derrota. Ganadores en las urnas fueron perdedores en el reparto, quedándose sin la presidencia. Zabala lo hizo.
¿POR QUÉ «MEMO»?
Nada indica que ante esa circunstancia «Memo» Gemelli vaya a hacer lo mismo. Nada hay que lo justifique, por lo menos en superficie. Son tal vez «malditas» especulaciones ante una actitud que muchos todavía no alcanzan a entender. Zabala se sintió ningunea-do, dejado de lado, no tenido en cuenta, por lo menos así lo hizo ver. En cambio esa no sería la situación de Gemelli, pero los profetas existen, los politicólogos también, y si como se dice la política es el arte de lo posible, nada es imposible.