LAS OBRAS EN CONSTRUCCIÓN DEBEN CUMPLIR CON LAS ORDENANZAS VIGENTES
Las normas son para cumplirlas, se convierten en letra muerta cuando los vecinos haciendo caso omiso a las ordenanzas que se han dictado para regular y establecer normas generales obligatorias aplicables a la comunidad dentro de su territorio no las cumplen.
Dentro del cúmulo de ordenanzas que establecen el ordenamiento en el tema de las obras en construcción, el cercado de las mismas es una de ellas. Pues son contadas las obras que se cercan de acuerdo a las disposiciones vigentes, ocupando muchas de ellas la casi totalidad de las veredas, sin dejar el paso a los peatones que dispone la ordenanza respectiva. Otras ni siquiera son cercadas o hacen una especie de cerco con chapas viejas oxidadas, mal puestas y un peligro para cualquier persona que se las lleve por delante. También en muchas sin cercar depositan los materiales de construcción, sea cal, arena, piedras o ladrillos, ocupando parte de las veredas y hasta de la calle. No respetan la obligación de colocar contenedores para los escombros, o lo hacen cuando algún inspector despierto los notifica.
Es así que fuera del impedimento de circular por las mismas, del peligro de los cercos en mal estado, de los escombros tirados como así también los materiales, el aspecto que dan es deplorable. Gastan millones en hacer una casa y no se preocupan en cercarlas. La municipalidad no realiza los controles que debiera, exigiendo a su vez el cumplimiento de otras ordenanzas que tienen que ver con el permiso para construir, la presentación y aprobación de planos, etc., etc. etc. Si nos acostumbramos a vivir sin cumplir con las ordenanzas terminaremos estacionando en cualquier lado (en rigor muchos lo hacen y hasta en las veredas), usando las veredas como talleres, depositando mercaderías de todo tipo y usarlas hasta para circular por la mismas con bicicletas y motos.
Una ciudad ordenada es el resultado de vecinos ordenados, de autoridades que hacen cumplir las ordenanzas y del afán de lograr que la ciudad esté prolija y segura. Caso contrario se convierte en tierra de nadie.