Seríamos irrespetuosos y pocos serios si trazáramos alguna analogía entre el célebre y querido payaso «Piñón Fijo» con la mediá

tica legisladora de la Coalición Cívica, aliada con Cambiemos Lilita Carrió. Por otra parte el primero hace reír, su mensaje es de alegría e inocencia. En cambio doña Carrió con sus despe-chados arranques suele hacer llorar y sus mensajes y dichos no son precisamente inocentes ni triviales, sino que encierran veladas amenazas o premoniciones que hacen temblar la estructura interna de Cambiemos. Nada que ver el uno con el otro.
Nos referimos en el titular al piñón fijo de las bicicletas, el que a diferencia del llamado piñón libre no permite descanso,
que obliga a pedalear constantemente y exige un estado físico impecable, no da resuello. A ese tipo de bicicletas se les dice fixies, pero el presidente Macri no está para usar una fixie, en algún momento debe descansar del fuego amigo, no puede pasarse los días viendo como una legisladora que abreva de su propio partido le quita el sueño con sus dichos, mostrando exhibir una estructura moral y ética que deja al presidente mal colocado, cuestionando a sus más inmediatos colaboradores a los que les pide juicio político, acosa con sus sentencias a integrantes de la Corte Suprema, a altos funcionarios de la AFIT, a amigos y colaboradores, cual si fuera una Diosa del Olimpo, y no se le mueve ni un pelo.
Macri en su bicicleta de piñón fijo no tiene el resuello que le daría una de piñón libre, que le permita descansar, gobernar y ocuparse de los problemas nacionales y no de los internos que le crea la legisladora chaqueña.
«Es Lilita», dicen sus acólitos o simpatizantes como queriendo justificar su comportamiento díscolo, sin evaluar sus consecuencias. Y es así como soportan los radicales que les diga que los conduce desde afuera, que a Macri lo amenace con romper, que le diga que o echa a tal o cual o cae, en fin, un despropósito que en los momentos de crisis por lo que atraviesa el país, esas manifestaciones sirven para echar más leña al fuego, dar tema al periodismo político, y obligar al presidente y a su séquito a pedalear sin descanso.
Afloje Lilita, el país está complicado