Macri anunció que la final de la Copa Libertadores se iba a jugar con hinchada visitante, pero la última palabra la tuvieron los presidentes de los clubes.
O el presidente Macri peca por apresurado y lanza al voleo medidas inconsultas, o directamente no tienen en cuenta sus opiniones
, cuando en realidad se pensó que el presidente toma una decisión, es «santa palabra».
Mauricio Macri en conferencia de prensa explicó que por tratarse de un acontecimiento excepcional, entendía que la final de la Copa Libertadores nada menos que entre Boca y River, cuya repercusión será internacional, entendía que dichos cotejos debían jugarse con hinchada visitante, para lo cual había instruido (así lo dijo) a su ministra de Seguridad para que arbitre todas las medidas en materia de seguridad para que los partidos puedan jugarse e incluso manifestó haberse puesto de acuerdo con el Jefe de la Ciudad de Buenos Aires Rodríguez Larreta para que ello suceda..
Pero, su decisión en realidad no pasó de ser una expresión de deseos, ya que los presidentes de ambos clubes, tanto el «tano» Angelici como D´Onofrio entendieron que no era procedente que jugaran con entrada visitante, obligando al presidente a «recalcular» sus dichos para concluir manifestando que él daba las garantías de seguridad necesarias, pero que finalmente son los clubes los que deben decidir. Y estos decidieron que no habría hinchada visitante, debiendo MM «enfundar la mandolina», y posponer sus deseos.