La encontró el enfermero que la atiende por PAMI con 19 de presión y sumamente angustiada. En sus manos tenía la factura de ABSA que iguala a su haber jubilatorio. Tiene 86 años.
Visitó nuestra redacción el conocido vecino Francisco Menna, que en su calidad de enfermero atiende a jubilados de PAMI, quien conmovido por la situación de una jubilada de este medio, nos expuso el tema. «Yo soy empleado de enfermería de una empresa prestataria de PAMI y como lo hago habitualmente fui al domicilio de la vecina María Miguel, de 86 años, en la calle Dorrego 570 a controlarle la presión y ver si tiene algún problema. Me asombró al encontrarla con 19 de presión, le aconsejé que vea al médico porque era demasiado. Momentos después volví a tomársela y tenía 20, no la veía bien, estaba como angustiada, alterada, prácticamente descompensada y le pregunté si tenía algún problema. Me dijo que sí, y me mostró la factura que le había llegado de ABSA por el servicio de agua. El monto del pago es de $ 8.618,20 (Menna nos trajo el recibo pudiendo comprobar que efectivamente a la vecina María Miguel, domiciliada en Dorrego 570 de esta ciudad le llegó una factura de ABSA de $ 8.618,20 (en la discriminación de la misma figura $ 3.404,94 de agua y la misma cantidad por servicio de cloacas, más impuestos, lo que hace la cifra antes mencionada. Dicha factura no registra deuda alguna, y tiene como vencimiento el día 10 del corriente mes.
LO QUE PERCIBE DE JUBILACIÓN
Nos dice Menna que esa cifra es pesos más, pesos menos lo que María Miguel cobra de jubilación, o sea que si la paga, no puede comer, ni vestirse, menos aún comprar sus remedios y atender el resto de sus necesidades. Y lo que es peor nos acota el enfermero es que su salud se deteriora, que su presión sube a limites de riesgo severo y nada indica por el momento que se pueda revertir esa situación.
Es de suponer que como el caso de María Miguel debe de haber muchísimos, tal vez cientos o miles, producto de la suba indiscriminada de los servicios, a tal punto de que van a total contrapelo de la realidad, a menos que haya algún otro tipo de situación que desconocemos, razón por la cual exponemos el tema, que documentamos con el facsímil de la factura, la identidad de la usuaria y su calidad de jubilada, según el testimonio del vecino Francisco Menna.