los vecinos bautizan a sus hijos, los inducen a tomar la comunión pero no se casan por la iglesia.
El casamiento religioso es un Sacramento de la Iglesia Católica que legitima la unión de los contrayentes ante Dios, y se exige que sean bautizados, pero fundamentalmente tiene mucho que ver con la futura educación religiosa que se le imparte a sus hijos. También otras iglesias con ligeras diferencias le dan al casamiento una importancia vital en la formación religiosa de quienes profesan esa fe.
El contraste de un pueblo mayoritariamente católico como el nuestro, es que a lo largo del año que está por finalizar, se han celebrado tan sólo 8 casamientos por la iglesia. Y al decir pueblo católico nos referimos a integrantes de nuestra comunidad que son practicantes, habituales concurrentes a la iglesia, como también a los que tal vez no lo sean pero sí en cambio son bautizados y han tomado la comunión.
Lo curioso es que esos padres bautizaron a sus hijos y los indujeron a que reciban el sacramento de la comunión y no se han casado por la iglesia. ¿Cuál será la razón?.
Es evidente que fuera de los credos y entrando en la faceta del matrimonio como institución, con el fin el cumplir con las formalidades legales y lograr el reconocimiento de la ley como familia, también se advierte una clara decadencia que se plasma en una notable disminución de la formalidad en la unión de las parejas, gran parte de las cuales ya no pasan por el Registro Civil y se «juntan» como se dice, justificando de distintas maneras tal decisión. También hay que reconocer que la justicia se ha amoldado a este tipo de unión, otorgando a los componentes de la misma, de derechos legales que antes no tenían. Todo esto también ha facilitado la deserción de las parejas de la institución matrimonial «legal».
Queda para los vuelos poéticos los sueños de la boda «como Dios manda», vestido largo, niños llevando la cola, alfombra, la iglesia iluminada, flores por doquier, tal vez un coro entonando el Ave María y la pomposa ceremonia en el que los novios intercam-biaban anillos y el beso sellaba la unión eterna.