La violencia familiar o violencia de género existe desde siempre, al punto de que un conocido tango «la toalla mojada» reflejaba en sus versos el castigo que se le daba a las mujeres con una toalla mojada (duele mucho más) porque se portaban mal. Pero claro, los tiempos han cambiado, el respeto por la mujer se ha vuelto un clamor y paralelamente se han creado instituciones y han florecido movimientos en defensa de la mujer y la familia cuya misión es defender a la mujer y ayudarla en aquellos casos en que es víctima de violencia de género. Una de esas instituciones, dependiente de la Policía de la Pcia. de Buenos Aires es la Comisaría de la Mujer y la Familia, cuyo trabajo en nuestra ciudad desde su creación ha sido impecable, recepcionando denuncias y dándoles a las víctimas atención inmediata, desde lo psicológico y legal, como así también disponiendo las medidas pertinentes para con los victimarios focalizando su accionar en la protección de las mujeres que son objeto de castigos, las depravaciones familiares con menores y toda la gama delictiva que tiene que ver con el maltrato familiar, organizando a su vez campañas de prevención y concientización convocando a toda la ciudadanía.
Se presume y en rigor son muchos los analistas del tema de la violencia de género que estiman que las mujeres golpeadas y maltratadas tienen ciertos prejuicios de denunciar sus problemas familiares en las comisarías tradicionales, por lo general dirigidas por hombres, quienes no pueden dejar de evidenciar cierto machismo en el tratamiento de dichas denuncias, y se sienten mejor atendidas y comprendidas planteando sus problemas en las Comisarías de la Mujer. Allí se sinceran, cuentan ante las mujeres policías la intimidad de los detalles que las llevaron a realizar la denuncia y solicitan protección. Se les provee ayuda psicológica si es preciso, la orientación de una profesional del derecho y se realizan los procedimientos legales para que quien las castigó a ellas o a los miembros de su familia se vean impedidos de tomar contacto dictándose órdenes de restricción cuya violación es penada con la detención.
En suma una institución útil a la sociedad en tiempos en que la valoración de la mujer se ha concientizado en nuestra comunidad.