LA POLÍTICA QUE NADIE QUIERE
Demonizar al adversario, denigrarlo, someterlo a la sospecha, violentar la opinión adversa, trascender desde la crítica soez, y distintas prácticas perversas, en la miserable búsqueda del rédito político. ¿Eso es la política?. Lo vemos todos los días con los actores de la política que viven ensanchando la grieta en lugar de intentar cerrarla y dejar de transitar por los caminos tortuosos que nadie quiere que transiten.
Se observa en el orden nacional, también en el provincial, intentemos que esa pandemia no se propague en nuestro medio. Nuestros políticos no deben contaminarse porque aquí somos una gran familia, nuestros hijos son compañeros de escuela, tenemos amigos comunes, nos vemos todos los días, de una manera u otra estamos relacionados, la ambición política no debe llegar tan lejos, hay lazos que no deben romperse, códigos que deben respetarse, el premio es demasiado poco, no vale la pena.
El honor de representar al pueblo, sea como intendente, como concejal, o servir como funcionario, no debe mancillarse con prácticas maliciosas que no sólo lastiman al adversario a quien van dirigidas, sino a sus familias que deben soportar el escarnio de la calumnia y la injuria, muchas veces con acusaciones apresuradas y en casos mentirosas que llegan a causar daños irreversibles.
Todo en el afán de influenciar al vecino por un miserable voto, cuando hay artes más nobles que van de la mano de proyectos constructivos, trabajo comunitario, ideas concensuadas y pensamientos positivos.
Desde esta columna invitamos a nuestros políticos, a los que dentro de unos meses confrontarán por el timón de la comuna, a que lo hagan con sensatez, sin recurrir a golpes bajos, con sus propias armas para convencer a los vecinos que es conveniente un cambio aquellos que son opositores, o que van por la buena senda, los que ejercen la jefatura del gobierno. Una elección no es una guerra, el botín que se consiga vulnerando la ética desde la diatriba, servirá de muy poco, y la más de las veces actuará como un bumerán, devolviendo el golpe el quien la lanza.
El motivo de la presente nota tiene que ver conque observamos un incipiente brote de agresión entre los políticos locales que tal vez confunden los valores éticos que debe tener ese llamado «arte», que tiene por objeto mejorar la vida de las personas, tomando decisiones que beneficien al conjunto de la comunidad. No caigan en esa trampa, la política debe ser noble, es lamentable que muchos no lo entiendan así.