Hubiera hecho falta el milagro de la multiplicación de los panes y los peces.

Explica  la Iglesia Católica que comer carne roja representa el cuerpo de Cristo crucificado, y por tradición los católicos comen pescado en Semana Santa y así cumplen con los mandatos de la biblia.

Pero, para que ello suceda y todos los cristianos pobres puedan cumplir con esas enseñanzas y comer pescado los días de Semana Santa, haría falta que se repita el milagro de Jesús de la multiplicación de los panes y los peces. Cuenta el Nuevo Testamento que este acontecimiento ocurrió cuando Jesús, enterado de la muerte de Juan Bautista cruzó muy apenado el mar de Tiberíades para estar a solas, pero al enterarse de su partida una multitud lo siguió. Jesús curó a los enfermos y cuando los apóstoles le dijeron que despidiera a la gente allí agolpada para que fuera a comprar comida, Jesús les dijo «denles de comer ustedes mismos», algo que los apóstoles no podían hacer porque no tenían el dinero suficiente. Entonces Jesús vio a un niño con cinco panes de cebada y dos peces, y los multiplicó por miles dándoles de comer a toda la multitud.

HUBIERA HECHO FALTA EL MILAGRO…

Contada la historia, al precio del pescado en la pasada Semana Santa, los pobres no pudieron comprarlo, y no por culpa de las pescaderías sino  de los distribuidores aprovechadores que en estas fechas lo aumentan a precios siderales. Hubiera hecho falta el milagro de la multiplicación de los panes y los peces, pero lamentablemente Jesús ya no está entre nosotros….