Los menos pudientes tendrán la receta. Faltan los anteojos…

El hospital de Carlos Casares va camino a la excelencia, es indudable que el gobierno de turno ha considerado a la salud como prioridad absoluta y pruebas al canto todos los días anuncia la creación de nuevos servicios y contratación de profesionales especialistas. A su vez el equipamiento tecnológico de nuestro hospital como la modernidad de sus instalaciones es sólo comparable a una clínica de categoría.

El anuncio de la creación del Servicio de Oftalmología en nuestro nosocomio con la contratación de dos profesionales, llena una creciente necesidad que posibilitará a las clases menos pudientes atenderse en forma totalmente gratuita por los oculistas que se desempeñarán en el servicio, los que tras evaluar en las consultas el estado de los pacientes, recetarán en base a sus necesidades. Como decimos, de la consulta se irán con la receta. De ahí en más dichos pacientes deberán proveerse de los lentes recetados y allí comienza otro problema, dado el costo elevado de los mismos.

Si bien no tenemos dudas que como complemento del servicio el municipio proveerá a aquellas personas sin medios económicos de los lentes que les fueras indicados, no estaría demás que se hiciera en ese nivel un banco de armazones, cuyo costo no es menor,  al que puedan contribuir aquellos vecinos que han decidido cambiar los mismos y no los usan. Sería por lo tanto acertado que tengan donde donarlos y así darles un destino útil, ya que muchos otros vecinos podrían aprovecharlos.

Con esta sugerencia sólo pretendemos que la comunidad se involucre solidariamente y con un mínimo esfuerzo facilitar el acceso a las necesidades en materia de salud de los vecinos menos pudientes.

No todo debe hacerlo el municipio, la comunidad organizada puede mucho, una prueba de ello son las maratones solidarias cuya recaudación enriquece la aparatología y demás necesidades del hospital local.