Se nos fue el querido Negro, el mismo que compartió “proscenio” (como a él le gustaba decirle al escenario), con el gran Antonio Carrizo, en las primeras fiestas del Girasol, allá por la década del 60. El histórico locutor de oficio, con su voz formada en el teatro, bajo la dirección de su hermano, el recordado Pocho Busta-mante. El mismo Negro, que con esa voz, amenizaba la “vuelta del perro”, desde la histórica propaladora CALPA o que subía al escenario de los concursos de cantores. El que hacía de Rey Mago, obviamente representando a Baltasar, para los 5 de enero, recorriendo el pueblo en la caja del vehículo que se cuadrara, para repartir juguetes y caramelos entre el piberío que los seguía. El que, junto a su socio y amigo, el recordado Pepe Schejter, tuvo el negocio de lotería en la calle Brandsen.
A los 81 años, su corazón dijo basta, a pesar de que hace cuatro, había superado un ACV. No obstante, su compañera de toda la vida, la conocida maestra Guti Galmes, me decía que el Negro se cuidaba mucho, no fumaba, poco o casi nada de alcohol, pero…el cuore no le aviso y partió nuestro gran amigo, el solidario, el colaborador, el que tenía seis variedades de plantas de ciruelas para los conocidos que pasaran por la puerta de su casa. El que no ha tenido, quizás, el reconocimiento merecido
Le encantaba participar en los encuentros de Adultos Mayores y hace pocos días estuvo con un grupo de su franja etaria, en Mar del Plata. Me contaba Guti que se reencontró con amigos que hacía cuarenta años que no veía, que había ido a comer al puerto y había contado cuentos de ida y de vuelta. Se imaginan?, prohibido aburrirse con el Negro amenizando en el bondi
Hoy lo lloran su mujer, sus hijas Lorena y Romina, sus nietos, el resto de su familia y un gran número de amigos y vecinos. Pero, aplacado el llanto de la partida de un ser tan querido, quedará el imborrable recuerdo de su afabilidad y aporte a la cultura de su amado Carlos Casares. Quizás con el tiempo, se lo valore en su justa dimensión. Ayer nos tocó acompañar al sitio de su descanso eterno, al que siempre se jactaba de decir que “como buen negro, soy de Boca y peronista”. Y, más allá de esta frase, tirada con gracia y sin rencores, el “ Negro” Oscar Bustamante se fue rodeado del inmenso amor que sembró en su familia y sus afectos.
Daniel Lombardo
APOSTILLA
Cuando el cronista responsable de esta nota era concejal, en 1988, fue Oscar Bustamante, entonces presidente del Club de Pesca, quien lo invitó a ver como la inundación había destruido parte del Cementerio Israelita de Algarrobo y de qué manera irrespetuosa, se profanaban las tumbas, y se utilizaban los mármoles y maderas quitados de los sepulcros.
Esto me inspiró a elaborar un Proyecto de Ordenanza , aprobado por unanimidad, para que se declarara “Sitio Histórico Municipal” y “Monumento Histórico Provincia” al Cementerio creado por la comunidad judía en la Colonia Mauricio, lo que permitió obtener el apoyo necesario para la preservación del sitio.