Su fallecimiento
Un profundo pesar causó el fallecimiento del conocido y apreciado vecino Alberto «Pimeo» Daguerre, el día miércoles 17 a los 66 años de edad. Hijo de una reconocida familia de nuestro medio, propietario de la tradicional florería «Avenida» que explotaba junto a su esposa Liliana López, hogar que se vio bendecido por la llegada de tres hijos, Martín, Diego y Mariana. Con ellos mantenía una hermosa relación, pese a que los desobedecía en el cuidado de su salud, la que fue quebrantándose progresivamente, al punto de que debió dejar sus actividades habituales y pasar los últimos tiempos en su hogar, viendo menguada día a día su calidad de vida.
En sus buenos tiempos «Pimeo», como le decían todos, vivía rodeado de amigos, el club Huracán era para él su santuario, pero no por eso descuidaba sus negocios, ofreciendo sus servicios con profesionalidad y nivel, haciendo de su florería una verdadera empresa. Amigo de los amigos, alegre, dicharachero, alguien con quien todos podían contar, inseparable del recordado «Zurdo» Cerdá (f), Julito Prenna y «Beto» Ottaviani, con quienes disfrutó muchas y divertidas vacaciones en familia y salidas.
Nos decía un amigo lagrimeando que «Pimeo» vivió como quiso, que pese a sus problemas respiratorios siguió fumando hasta el último día. El martes fue internado con una gran insuficiencia respiratoria, pero ya nada había que hacer. Fue internado en el hospital donde se produjo su lamentable fallecimiento.
Deja la impronta de un tipo simple, querible, excelente padre y esposo, que deja un vacio enorme y el recuerdo de sus mejores momentos. A su familia vayan nuestras más expresivas condolencias.
Curiosamente él, que a tantos velatorios debió concurrir por imperio de su profesión de florista, maestro hacedor de artísticos arreglos florales, dejó el expreso pedido de que no velaran sus restos y que luego fueran cremados y esparcidas sus cenizas desde el avión de Jorge Malatini por su querida ciudad. Así se hará «Pimeo» y seguro estarás entre todos nosotros, tu querido pueblo