ASI NO. Fue un debate de enemigos, cargado de odios y revanchismos
Habiendo pasado el último Debate Presidencial realizado en la Facultad de Derecho de la UBA, se pueden sacar algunas conclusiones que, a nuestro entender, no favorecen ese tipo de formato.
En principio no son debates, sino exposiciones con posibilidades de respuesta, que no es lo mismo que la confrontación espontánea. Por otra parte se percibió, sobre todo en el último, un nivel de chicana y agresividad que dificilmente cicatrice con el tiempo, porque al no haber espontaneidad queda la sangre en el ojo del candidato atacado, y tal como sucedió en el último, los cruces con mayor agresividad ;siguen fuera de las cámaras.
Y no fueron solo dos los candidatos que se chicaneaban y agredían (Macri y Fernández); de distintas maneras y a excepción de Lavagna, los otros tres (Gómez Centurión, Espert y Del Caño), también lo hicieron.
Por lo tanto creemos que así es más lo que resta que lo que suma, porque de ganar ya sea el candidato del Frente de Todos como el candidato de Juntos por el Cambio, difícilmente el derrotado, se siente en una mesa de negociaciones con el vencedor, fundamentalmente porque son radicalmente opuestos, no solo en lo ideológico sino también por historia, pasado reciente, estilos, formas de vida, formación intelectual. Es tan profunda la diferencia que lo que nos queda por augurar es que la grieta no se profundice y el diálogo recorra los caminos que la democracia demanda.
Faltan solo cuatro días para las elecciones y deseamos que sea en paz, rescatando el valor de un sistema que si bien no es ideal, siempre es perfectible y sin olvidar que a la Argentina le costó mucha sangre y desapariciones el retorno al camino de la democracia.
Lamentablemente estamos viendo que en países vecinos como Ecuador y Chile el nivel de conflictividad social ha producido un fuerte desmadre de la tranquilidad institucional, como así también las elecciones en Bolivia, prende una luz amarilla en el, hasta ahora, elogiable crecimiento del país del Altiplano.
Incluso el mundo está atravesado por serios cataclismos políticos, sociales, religiosos y medioambientales que le otorgan un futuro poco promisorio para la vida de la especie humana.
Pero volvamos a casa y empecemos por acomodar nuestros muebles, que bastante complicada la tenemos.