
UNO DE CADA TRES INQUILINOS TIENE DIFICULTADES PARA PAGAR EL ALQUILER
Distintos estudios hechos por empresas inmobiliarias, encuestadoras y la defensoría del pueblo de la ciudad de Buenos Aires han podido establecer que uno de cada 3 inquilinos se ve imposibilitado de pagar el alquiler. No creemos que en Casares pase lo mismo. Es probable que el porcentaje de inquilinos que abonen el alquiler sea mayor, pero ello no es óbice que el mes próximo crezca el porcentaje de morosos por la prolongación de la cuarentena.
Queda para pensar cual será la actitud de las locadores, si ser blandos en sus requerimientos y tener en cuenta la situación por la que atraviesan sus inquilinos, o directamente exigirles el pago o el abandono del bien iniciando un juicio por desalojo. El tema no caben dudas es controversial, unos porque no pueden hacerse cargo de sus obligaciones ante la parálisis obligada a la que los somete la cuarentena, y otros porque tienen en los alquileres los ingresos necesarios para solventar sus necesidades.
Convengamos que el problema de la pandemia de coronavirus no es algo que estaba previsto, sino una terrible contingencia que sorprendió al mundo sin defensa alguna, enfrentado a la enfermedad y a la muerte como quien es víctima de una guerra, un huracán o un cataclismo. Es sabido que la situación se ha vuelto complicada y que entre inquilinos y locadores lleguen a un acuerdo para que ambas partes en un nivel de comprensión y posibilidades pongan lo suyo para no romper los contratos y así evitar situaciones no queridas.
Uno de cada tres inquilinos tiene dificultades para pagar el alquiler
Distintos estudios hechos por empresas inmobiliarias, encuestadoras y la defensoría del pueblo de la ciudad de Buenos Aires han podido establecer que uno de cada 3 inquilinos se ve imposibilitado de pagar el alquiler. No creemos que en Casares pase lo mismo. Es probable que el porcentaje de inquilinos que abonen el alquiler sea mayor, pero ello no es óbice que el mes próximo crezca el porcentaje de morosos por la prolongación de la cuarentena.
Queda para pensar cual será la actitud de las locadores, si ser blandos en sus requerimientos y tener en cuenta la situación por la que atraviesan sus inquilinos, o directamente exigirles el pago o el abandono del bien iniciando un juicio por desalojo. El tema no caben dudas es controversial, unos porque no pueden hacerse cargo de sus obligaciones ante la parálisis obligada a la que los somete la cuarentena, y otros porque tienen en los alquileres los ingresos necesarios para solventar sus necesidades.
Convengamos que el problema de la pandemia de coronavirus no es algo que estaba previsto, sino una terrible contingencia que sorprendió al mundo sin defensa alguna, enfrentado a la enfermedad y a la muerte como quien es víctima de una guerra, un huracán o un cataclismo. Es sabido que la situación se ha vuelto complicada y que entre inquilinos y locadores lleguen a un acuerdo para que ambas partes en un nivel de comprensión y posibilidades pongan lo suyo para no romper los contratos y así evitar situaciones no queridas.
