Es probable que la pregunta no les caiga bien a muchos defensores de la empresa santafesina Vicentín, concursada o a punto de concursar desde los tiempos de Macri.
Casares la sabe lunga del tema, como que es un puerto seco reconocido en el que anidan varias de las empresas cerealeras más importantes del país. Y que sepamos, en épocas de Macri mal no les iba y ahora tal vez la pandemia las haya perjudicado, pero no oímos quejas lastimeras ni se sabe que hayan dejado colgados a más de dos mil deudores como el caso de la empresa Vicentín.
Al César lo que es del César, es probable que el gobierno haya cometido el error de querer salvarle la ropa con la expropiación a esa empresa en conflicto, cuando debe abocarse al problema central que nos ocupa, del que no sabemos como vamos a salir. El resultado es haberle dado pasto a las fieras, ahora aparecen banderazos, los viejos enconos, gente que no cumple con los protocolos de cuarentena y se arriesga y arriesga a los demás con contagiarse, por dar apoyo a una empresa que por algo cayó en el default cuando otras gozaban de bonanza. Apareció la política en el medio, el que lo dude es un otario.
Presidente Fernández, deje que el zorro se despulgue sólo, ocúpese de lo que ha venido haciendo bastante bien, todavía falta mucho, no convierta victimarios en víctimas, que las cuentas las pague el deudor, no haga beneficencia.
BANDERAZO EN LA CIUDAD
En apoyo a la empresa Vicentín y en contra de la expropiación, un nutrido grupo de camionetas guiadas por hombres de campo marchó por las calles de la ciudad haciendo sonar sus bocinazos, en una réplica de lo que fue en Capital y en tantas otras ciudades del país.