YA NADA SERÁ IGUAL
Cuando todo esto termine, cuando la cuarentena sea historia y del bicho maldito se recuerde que asoló al mundo entero matando ciento de miles de personas y enfermando millones, ya nada será igual, habrán cambiado hábitos y costumbres, los miedos perdurarán mucho tiempo y jamás se irá la sensación de pensar que en cada estornudo, sensación de cansancio, dolor de garganta y fiebre, el virus está ahí agazapado, contagiando a mansalva, conmocionando y generando nuevamente políticas de prevención con daños colaterales tan letales como la enfermedad.
Cuando la vacuna deje de ser vos y tu aislamiento, entonces sí la historia tendrá el final deseado. Poco a poco irán desapareciendo los miedos, seguramente quedarán muchos de esos hábitos y costumbres que te dejó, pero ya la historia será otra, aunque jamás será igual que la que vivías antes de la pandemia.
El famoso coronavirus hizo aflorar lo mejor y lo peor de cada uno, por un lado los que entendieron que una pandemia como tal no tiene colores políticos y por lo tanto nos afecta a todos. Sin embargo pese al altísimo nivel de acatamiento y obediencia a las normas dictadas, surgieron rebeldías irresponsables, actitudes negativas, y por momentos se mezcló la política de la mano de quienes aún no lograron restañar sus heridas eleccionarias, creyendo que la unión con el adversario es una estrategia equivocada, que hay que aprovechar algunas coyunturas que tornan desfavorable el aislamiento para llevar agua para su molino. Recurriendo para ello a sectores tradicionalmente opositores para capitalizar sus diferencias, pensando equivocadamente que será ventajoso para el futuro. Lastimosamente quedará como saldo que ni siquiera una pandemia logró la unión. ¿Tanta será la pobreza intelectual, ética, moral y humana de nuestros políticos?.
El drama aún no ha terminado, están a tiempo de usar las banderas para celebrar la unión, no para reflejar el descontento. Si quieren expresar su legítima opinión usen sus propias banderas, no la de todos. Y no digan que el movimiento fue espontáneo, bien saben que no lo fue.