Con una carta que envió a FM Sol dice “Me quitaron la libertad, pero no me van a quitar la dignidad».

Condenado a cadena perpetua pide que lo ayuden a reabrir la causa para que el cuádruple asesinato no quede impune

 A continuación publicamos un extracto de dicha carta cuya grabación nos facilitó  amablemente su dueño “Pipo” González

Dirigiéndose a su querida sociedad de su ciudad, pueblo argentino y al mundo en general, Norberto De Marco reclamó la atención a un pedido que hiciera anteriormente y que no fuera tenido en cuenta. Habló de la indignación y las náuseas que le dio el comportamiento injusto de la  justicia. Recordó que se han cumplido ya 9 años en que fue despojado de uno de los bienes más preciados que tiene todo ser humano, la libertad. Años de un desgaste físico enorme al punto de estar muy enfermo, y una tortura psicológica atroz, donde a pesar de sus súplicas en tono de ruego, la faz judicial no ha querido considerar. Habla de la cárcel, de las nostalgias de sus familiares y Carlos Casares, agradeciéndole a la gente porque está reaccionando muchísimo. Hace un raconto de su personalidad, de sus ideales y de sus actitudes pacifistas, incluso a quienes con autoritarismo y ruindad lo asocian con la violencia, sin tener en cuenta su comportamiento solidario luchando por la libertad ajena, y ve hoy a sus amigos en general y a sus hijas como se les encoje el corazón, viajando muchos kilómetros a expresarle sus sentimientos, a curarle el alma y hacerle creer que ellas están bien, se retiran casi con odio ante tanta injusticia por el vacío institucional.

CASI A LA PENA DE MUERTE”

Reclama su libertad y su absolución y el esclarecimiento de este terrible hecho que ocurrió el 20 de octubre del año 2005. Dice: “He ofrecido nuevas pruebas ante distintos organismos judiciales, es increíble y desesperante que teniendo tanta información documentada se me diga que los tiempos procesales ya fueron, que un tribunal e instancias superiores ya juzgaron, condenaron y es cosa juzgada culpando a un inocente casi a la pena de muerte, dejando líneas de investigación importantísi-mas. He llevado una investigación por mi propia cuenta con el solo propósito de demostrar mi inocencia y esclarecer el hecho. Fui descubriendo cosas sorprendentes, que de abrirse esta causa judicial se llegaría a un final para todos”.

Continuó De Marco haciendo una crítica de los procedimientos judiciales, detallando cada uno de ellos, considerando que se dejaron pericias fundamentales en el afán de encontrar un culpable, que tenía que ser él Pidió ayuda  de cualquier manera, anónima o espontánea, a que no le tengan miedo a la justicia. “He sido condenado sin pruebas, tan solo por indicios que a nada conducen para aclarar este hecho tan brutal”. Hizo tras su larga exposición una única referencia a la familia de las víctimas, diciendo: “no crean que me olvido de ellas, que han perdido a sus seres queridos”.

“A mi me han cortado la libertad, lo que no me van a arrebatar es la dignidad”. Pidió la ayuda de todos, hasta al Presidente de la República que no le respondió y finalmente le pidió al Papa Francisco que participe. “Todos ayúdenme a abrir esta causa judiclal y se me declare absuelto e inocente para que esta causa no quede impune. Yo no cometí este hecho, Dios es testigo de mis dichos”. Finalizó diciendo que se pongan en la piel de sus tres hijas, de su padre, de sus hermanos y su familia en general. “Es terrible vivir así, en prisión, donde según la justicia de los  hombres no poder ver más la luz del día” finalizó. 

NO HABLÓ DE LOS HECHOS

Ni una palabra dijo De Marco de los acontecimientos de esa noche fatídica. No se refirió a su presencia en el lugar, si todo fue normal, si tuvo o no participación alguna en el incendio, cómo ocurrió todo. La mayoría de las personas a las que se dirigió no estuvieron en el juicio, tal vez les hubiera parecido procedente que les relatara los hechos y que hizo en esas circunstancias.