El amor en los tiempos de la pandemia
El intendente Walter Torchio confesó estar enamorado. No de una persona, tampoco de una obra de arte y menos aún de alguien que no sea su esposa. El amor de WT va mucho más lejos, se cimenta con el tiempo y va creciendo día a día, no es un amor egoísta, menos aún interesado, por el contrario generoso, y agradecido.
Pero no es el intendente el único que profesa ese amor, somos muchos, cada uno desde su lugar, sus preferencias, sus necesidades. Se trata de un amor correspondido que cada día nos da más. Por ejemplo cuando vemos que nuestros hijos van a la escuela solitos, sea caminando o en bicicleta y nada pasa, cuando tenemos todo a mano, los bancos, los super, la municipalidad, las oficinas públicas, la iglesia, el juzgado, la comisaria y todo lo que se nos ocurra.
No hace falta que les diga que Torchio se refería a Carlos Casares donde según él se vive de otra manera, con mayor seguridad, un buen sistema de salud, buena educación aunque incompleta porque falta una universidad para que nuestros jóvenes no se vayan a estudiar a las grandes urbes. Es cierto que Walter Torchio tiene razones más que fundadas para estar enamorado de Carlos Casares, puesto que ha sido votado para gobernar a su partido, un honor que lograron un poco más de 30 vecinos a lo largo de 113 años.
En esa expresión desinteresada Torchio resume el amor al terruño que lo vio nacer, las calles en las que jugaba de niño, su escuela, la primera maestra, sus amigos de la infancia. Y él tiene la posibilidad de trabajar por Casares desde un lugar privilegiado y lo está haciendo. Esta nota titulada “El amor en los tiempos de la pandemia”, tiene que ver con la dura prueba que la pandemia de coronavirus ha sometido a nuestro intendente, quien con un desempeño impecable está saliendo airoso de la misma . La conformación de un comité de crisis o una mesa o grupo de salud, ha sido un formidable acierto cuyos frutos se ven en el resultado obtenido.
Es cierto que “aquí se vive de otra manera y la gente lo valora”