UN ENEMIGO SORPRESIVO
¿Dónde está, cómo viene, de que manera ataca?. Es un enemigo invisible, un verdugo implacable, un bicho maldito que debiera causar pánico por su secuela de muertos, que ya se cuentan por miles, pero sin embargo lo desafían y confrontan pensando que “ a mi no me va a contagiar, prefiere a los viejos que son más débiles y es más fácil ejecutarlos”.
Y hacen fiestas, “reuniones sociales” que les dicen, se encuentran, putean a los mayores que no los dejan bolichear y fuman unos porros que alguno guardó porque los que traían la merca están de obligada cuarentena.
Casares celebraba el ser considerada “libre de coronavirus”, el intendente daba sus informes gozando ese CERO, aunque dejaba la puerta abierta para que en cualquier momento se registre algún caso e ingresar al club de los infectados, que “eso en cualquier momento puede pasar”. Y como el Nº 1previó se produjo el primer caso, y luego otro, después 6 de golpe, varios días de a uno, de a 2, otro de 5, otro más de 6, y así se fue haciendo una cifra de tres dígitos en poco menos de una semana. Bajamos el cartel “libre de coronavirus”, y el jefe comunal como un general en plena guerra, le dio la espalda a los números y comenzó a azuzar a la tropa prometiendo libertades si cumplían con los protocolos para derrotar al bicho y no darle oportunidad que nos enferme.
Razonando ante la larguísima espera, el intendente Torchio ya no habla del aislamiento total, sino que cada cual vaya a su trabajo, salga únicamente lo necesario y no deje de cumplir también las rutinas aconsejables del lavado de manos, el uso del tapabocas y todas las medidas que ya todos sabemos.
El bicho, ese enemigo sorpresivo que no avisa y si puede nos mata, en cualquier momento se va a ir dejando , cual una guerra, tierra arrasada, 7 cifras de muertos, miles y miles de empresas fundidas, millones de personas que han perdido el trabajo y al resto de la población mundial preguntándose cuándo vendrá la próxima peste.