Hoy se cumplen 45 años del Golpe Cívico Militar más cruento de la Historia Argentina. Por lo tanto la memoria debe fortalecerse por sobre todos los intentos manifiestos y subliminales de deteriorarla, principalmente desde algunos sectores políticos- empresariales y sus aliados mediáticos.
Es evidente que a aquellos que abonan las ideas neoliberales y posmo-dernas, poco les importa lo sucedido en los años aciagos de la Dictadura que se instaló en el poder el 24 de marzo de 1976.
Pero la Memoria, columna vertebral de la Historia, siempre va a tener millones que la defiendan, para que la Verdad y la Justicia sean valores destacables de la Democracia que tanto nos cuesta sostener.
El Golpe del 76 no surgió de la nada, tenía el camino allanado por el accionar de la Triple A, amparada por el patético gobierno de Isabel Martínez viuda de Perón, quien en su debilidad de gestión no pudo evitar que la cúpula de las Fuerzas Armadas, con la complicidad de sectores de la sociedad civil, tomaran el poder político en aquella terrible madrugada.
A partir de allí se acentuaron los delitos de lesa humanidad, mediante la desaparición forzosa de miles y miles de hombres, mujeres, ancianos y niños.
La Doctrina de la Seguridad Nacional instalada por la Dictadura, en consonancia con el Plan Cóndor diseñado por la CIA y otras dictaduras latinoamericanas, con el aval del Departamento de Estado de EEUU, estableció la sospecha sobre la ciudadanía, aboliendo derechos civiles y violando sistemáticamente los derechos humanos.
Las atrocidades cometidas encontraron aliados y cómplices en medios de comunicación, instituciones y parte de la población, mientras el temor, la ignorancia y la falta de compromiso, liberaban el camino de los represores.
El ocaso del gobierno militar después de la derrota en la Guerra de Malvinas (1982), abrió el camino de retorno a la democracia. Fue entonces que, con el aval y compromiso del ex presidente Raúl Alfonsín se llevaron adelante los juicios a las juntas militares, verdaderos logros de trascendencia histórica, que permitieron detener a los responsables principales.
Varias leyes y decretos posteriores (Punto Final, Obediencia Debida e Indulto), consecuencia de los levantamientos carapintadas que atentaron contra la democracia, frenaron el avance de las investigaciones.. Pero durante el mandato de Néstor Kirchner se reabrieron miles de casos debido a que los delitos de lesa humanidad como la desaparición forzosa de niños no prescriben.
De esa manera los tribunales y las cárceles volvieron a recibir genocidas y nuestro país pasó a ser un ejemplo de defensa de los Derechos Humanos en política, prueba de ello fue la recuperación de más de un centenar de niños apropiados por los represores o sus cómplices.
A pesar del silencio de algunos sectores, las voces de la mayor parte del pueblo no se acallaron y , aún con la pandemia azotándonos, millones de argentinos dicen presente para fortalecer la MEMORIA.
Por este motivo, en Carlos Casares se realizan actos recordando a aquellos que, asesinados por la Triple A o desaparecidos durante la Dictadura, entregaron sus vidas dejando un vacío imposible de llenar en sus familiares, amigos y compañeros de estudio o de trabajo.
Cada árbol que hoy plantamos simboliza la vida que ellos entregaron en la búsqueda de una sociedad más justa.
POR LA MEMORIA, LA VERDAD Y LA JUSTICIA, decimos PRESENTE
Prof. Daniel Lombardo
Especial para El Oeste