La Fiesta del Girasol estuvo en el corazón de todos los casarenses
En una acertada decisión el gobierno municipal decidió no realizar la Fiesta del Girasol como todos los años en razón de los protocolos y efectos de la pandemia, entre ellos la muerte de varias decenas de casarenses. Ante tamañas consecuencias, no había ánimo para realizar celebración alguna, pero a fin de no dejar la fecha en blanco, se resolvió hacer una expresión simbólica del acontecimiento, procediéndose a la bendición de las semillas en una ceremonia interreligiosa con la participación de representantes de las iglesias católica, judía y evangelista a las que pertenecen la gran mayoría de todos los casarenses.
La Fiesta Nacional del Girasol es sin duda alguna el acontecimiento social más importante de Carlos Casares. En sus XXVIII ediciones, algunas con un despliegue importante de artistas, deportistas y atracciones, y un programa de festejos que duraba toda la semana, en un desfile impresionante de figuras de la escena nacional, que convocaba a miles de personas, entre ellas a todos los casarenses y centenas de visitantes de los pueblos vecinos.
Otras realizaciones fueron más modestas, en virtud de momentos del país que no permitían realizar gastos excesivos, pero siempre con el mismo entusiasmo de sus organizadores y la inmensa mayoría de todos los casarenses. La Fiesta del Girasol es ya un ícono cuyo simbolismo tiene mucho que ver con la tierra y sus frutos, con el campo y los productores, el festejo por la buena cosecha, la alegría por las bondades de la naturaleza.
Pero también tiene que ver con los sentimientos, que ante los acontecimientos que todos padecemos no se condicen con celebración alguna. Por esta vez hemos hecho un paréntesis, ha sido una decisión sabia.