LA RUTA 50 Y EL CRUCE DE LA MUERTE

Cuesta creer que un cruce de accesos a la ruta 50 se convierta accidentes fatídicos en el cual dejaron su vida automovilistas y motociclistas y otros con heridas graves y sus vehículos deshechos. Tal situación no fue tomada a la ligera sino por el contrario para evitar otros accidentes se colocaron semáforos y señalización correspondiente alertando su peligrosidad y sin embargo los accidentes se siguen produciendo.
Se estima que cualquier persona que circule por uno de esos accesos, supongamos el de Moctezuma y quiera trasladarse a Smith por el acceso correspondiente, debe cruzar la ruta 50 derecho ya que ambos accesos están alineados. Es obvio que quien se dispone a cruzar una ruta, observe hacia uno y otro lado si algún vehículo que transita la misma está próximo a cruzar por el lugar. Sin embargo se ha dado el caso de conductores de motos y autos que se dirigían de uno a otro pueblo por los accesos correspondientes, no se percataron que por la ruta se acercaba un vehículo. No solo automóviles o camionetas, sino también camiones. NO LOS VIERON Y CHOCARON. ¿Cómo es posible?.
Los accidentes se produjeron de día y de noche y en este último caso no se puede atribuír a la poca visión por la oscuridad de la noche, ya que están iluminados “al giorno” con numerosas columnas de alumbrado.
¿Qué se puede hacer?, es la pregunta del millón. Tal vez habría que probar con la peor de las soluciones UN REDUCTOR DE VELOCIDAD, o “lomo de burro” como le dicen, que obligue a los que transitan la ruta 50 a reducir la velocidad para que pasen los que circulan por los accesos. Aunque antes de poner obstáculos en la ruta mejor sería hacer otro empalme en uno de los accesos para evitar que los dos estén alineados.
Para finalizar nos quedamos, créase o no, con la deducción de un vecino que nos dijo lo siguiente. “Chocan porque van hablando por celular, se distraen, no miran si viene alguien y cuando lo ven ya no pueden hacer nada”.