A punto de regir la ley alcohol 0, en las madrugadas de los fines de semana deben hacerse los controles de alcoholemia.
No hay excusa que valga, el que toma alcohol no puede manejar, está absolutamente prohibido por ley. Los fines de semana la ruta Loewenthal es un hervidero de autos cuyos conductores vuelven de la disco y están semiborrachos. Para los infractores no hay tutía a punto de regir la ley de Alcohol 0, que significa que una gota de alcohol es suficiente, y sinó que le pregunten al senador Walter Torchio que fue inspirador de esa ley que resguarda la vida de aquellos que conducen automotores luego de haber consumido bebidas alcohólicas.
Días pasados volcó un automóvil en la ruta Loewenthal y por suerte la parejita que viajaba en su interior no sufrió lesiones, pero el conductor no pasó la prueba de alcoholemia, dado que estaba alcoholizado. Urgente para cortar de raíz ese peligro, deben hacerse los controles de alcoholemia y aplicarle a los conductores las penalidades establecidas para aquellos que vulneran la ley. Hay una frase que un conocido educador hiciera famosa: “La letra con sangre entra”, y significa ni más ni menos que a aquel que vulnera la ley hay que aplicarle los correctivos necesarios para que no lo repita.