BORRACHOS A PATA
Se aprobó la ley de “Alcohol Cero” para todo el país
0 (cero) tolerancia, el que tomó hasta una gota de alcohol no podrá manejar. Habrá controles diseminados en distintos puntos de la Capital para pescar incluso a los que tomaron una copita de alcohol en una cena, fiesta o donde fuere. Si quiere manejar tendrá que reemplazar al buen vino que tomaba y el whisky de sobremesa, por alguna gaseosa o vaso de agua. Y si no quiere dejar el auto allí darle el volante a un acompañante que no haya bebido alcohol.
La nueva normativa se reduce de 0,5 a 0 miligramos la cantidad de alcohol por litro de sangre que puede tolerarse para conducir.
Ahora bien, ¿qué pasará en el interior?, si bien ya han adherido a la ley una gran parte de las provincias, habrá que ver qué pasa en los pueblos chicos como Carlos Casares:¿Habrá aquí controles en las noches, especialmente para hacer el examen de alcoholemia que requiere la ley?. Si así fuera es probable que la cola de infractores sea de varias cuadras, a menos que los vecinos afectos al alcohol, aunque sea consumidores que en muchos casos no llegan al 0,5 miligramos requeridos como máximo en la ley anterior, no tomen alcohol. ¿Qué pasará con las populares “previas” de los jóvenes a puro fernet, vino, vodka y otras bebidas alcohólicas?. ¿Respetarán la ley o la policía deberá correrlos por todo el pueblo para tratar de aprehenderlos?.
A la salida de las fiestas, reuniones de todo tipo y de los bares, pub y todos aquellos lugares que venden bebidas alcohólicas, se supone que deberán dejar sus autos o camionetas e irse a pie hasta su casa si no quieren ser multados por los probables controles policiales.
Los hummm de los vecinos que se enteran de la ley ponen en duda si ésta podrá ser aplicada.
Debemos pensar además de plantear todas estas dudas, que el alcohol en los conductores ha sido responsable de cientos o miles de accidentes con víctimas mortales y heridos graves. Lo que hemos planteado son los posibles problemas que surgirán para aplicar la ley. Que no ha sido promulgada por el capricho de nadie, sino por el mandato de las circunstancias. Ya Mendoza y seguramente lo seguirán otras provincias viñateras han hecho público (el mismo gobernador) su rechazo a la ley por obvias razones. Es como si promulgaran una ley similar en Escocia, la madre del whisky…
El tiempo dirá que nivel de cumplimiento tendrá esa ley y si fundamentalmente si el organismo de aplicación cumple con lo establecido en la norma regulatoria..