EDITORIAL

0

¿SE HABRÁ INSPIRADO MILEI EN JUAN BAUTISTA ALBERDI?

No le habrá quedado chico el saco al presidente Milei al encabezar su DNU, tal como lo hizo Juan Bautista Alberdi, autor intelectual de la primera  Constitución en 1853 : Bases y puntos de partida  para la organización política de la República Argentina.

Lo cierto es que el polémico de Javier Milei está empeñado en poner en vigencia  su voluminoso decreto DNU, que más se le parece a una reforma constitucional y no a un decreto de emergencia.

El conocimiento de dicho decreto por parte de la ciudadanía ha provocado un profundo rechazo, que se tradujo en marchas de protesta, cacerolazos y repudio generalizado antes que el mismo haya sido presentado en la cámara de diputados, que antes de recibirlo hizo público su rechazo. Ello indignó a Milei quién dijo que si ello ocurriera, si esos diputados coimeros no lo aprobaran, estaba decidido a realizar un plebiscito para que sea el pueblo el que le diera su aprobación. Y mientras tanto las calles de Buenos Aires se llenaron de manifestantes, unos empleados despedidos, otros gremialistas y ciudadanos comunes, muchos de los cuales habían votado a Milei.

El protocolo de Bullrich fracasó abiertamente, dado que la multitud terminó cortando las calles y si no eran ellos era la policía que por prohibirles que avancen formaban cordones que terminaban impidiendo el paso del tránsito vehicular.

Es de pensar que este no era el sueño que acompañó al 56% de los votantes del libertario. Cuando el pueblo sale a las calles hay que oírlo y no darle vuelta la cara sin siquiera ofrecer una posibilidad de flexibilizar partes del contenido de ese DNU, con consecuencias económicas espantosas para un gran porcentaje de argentinos.

Si Milei está ensañado en lograr la aprobación del decreto a costa de la resistencia de una gran masa de argentinos, la famosa grieta crecerá peligrosamente generando problemas sociales graves cuyo desenlace no se puede prever.

Gobernar de guapo o por capricho puede tener consecuencias indeseadas. Es de esperar que el sentido común y el respeto por la democracia sean las verdaderas bases y puntos de partida de un gobierno que escuche al pueblo y que gobierne por su prosperidad, para que cada día  sea mejor. 

 

Compartir