EDITORIAL

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LA ÚNICA VERDAD ES LA REALIDAD

La frase del título es atribuible al Gral. Juan Domingo Perón, aunque en “realidad” fue tomada del filósofo Aristóteles, que puede o sirvir para demostrar que cuando el pueblo responde de la manera en que respondió al llevarse a cabo la marcha de los estudiantes, esa realidad se transforma en una verdad indiscutible, superadora de cualquier tipo de especulación.  Allí estaba el pueblo, no importa si eran 100, 500 mil o 1 millón. Eran tantos que la vista no alcanzaba para verlos a todos, protestaban sólo marchando, ni una manifestación fuera de lugar, ningún desorden, sólo manifestaban por la Universidad Pública cuyo brutal recorte presupuestario la hace insuficiente para funcionar, al punto de que no tienen luz, ni ascensores y se suman una serie de inconvenientes que perjudicarán seriamente a todos los estudiantes. Muy pocos podrán recordar una manifestación de tamaña naturaleza, como tampoco el comportamiento de los asistentes a la misma que inundaban calles y avenidas a tal punto de que la policía no intervino deponiendo las amenazas de la ministra Patricia Bullrich que había prometido aplicar el protocolo policial. Por su parte el presidente Milei catalogó a la marcha de “Lágrimas de zurdos”, dejando sentado que le quitaba importancia y pensaba seguir con su política de recortes de presupuesto a instituciones básicas de la República como el caso de la Universidad Pública y Gratuita.

¿Qué nos deja todo esto?, un analista político nos decía “el país se fue al diablo”, que es difícil catalogar al presidente, el mismo que usa la cadena nacional para mentirle al pueblo y decirle parafraseando a Carlos Menem(f) cuando dijo “Estamos mal pero vamos bien”.

Tras cartón se cayó una sesión especial de la Cámara de Diputados llamada a fin de tratar el presupuesto de la universidad (UBA) y la movilidad jubilatoria, por falta de quórum al faltar los diputados del oficialismo.

Si creen que así se hace política están equivocados, la política es debate, consenso, el funcionamiento de las instituciones de la República, no la cobardía del faltazo, para esconderse y evitar el tratamiento de temas de vital importancia.

La realidad nos dice que el hombre que conduce el país cree tener la fórmula mágica hambreando al pueblo y dañando las instituciones. Esa es la única verdad. 

 

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