MI AMIGO MAQUIAVELO
Días pasados este escriba asistió a un cambio de opiniones sobre la capacidad discursiva del presidente Milei. Uno de ellos, sin duda admirador del fogoso libertario aplaudió a rabiar el último discurso, un compendio de insultos propio de un político enardecido, queriendo parecer astuto y poderoso, totalmente carente de escrúpulos, azotando a diputados, senadores, periodistas y a todo aquel que osara oponerse a sus ideas, inclusive suponiendo traidores en todos los ámbitos, hasta en sus propias filas, como si estuviera dominado por una furia que no aceptaba la moral en la política. Tal era su enojo y malestar porque se demonizaba su estilo, que llegó a tildar a los periodistas como “soretes ensobrados”, haciendo alusión a que recibían sobornos “ensobrados” para teñir sus videos, escritos y notas radiales del color de aquel que les paga. ¿Algo más?, suficiente.
LA MARCHA DE LA BRONCA
100, 200, 500, un millón en el país. ¿Puede ser casualidad?. Estaban todos, una verdadera multitud para decirle basta al ajuste del gobierno de Milei a la educación pública y rechazar el veto anunciado por Milei a la Ley de Financiamiento Universitario. A su vez se sumaron organizaciones sociales de derechos humanos, sindicatos y miles adherentes de organizaciones políticas opositoras.
(Pag.12) El Presidente Milei contestó primero desde su habitual tribuna de redes y con su diatriba característica: «La universidad pública no está en peligro. Lo que peligra es el botín que se reparten. No permitas que te usen los golpistas». Y también: «Si para enfrentar a uno sólo tenés que juntarte con un montón de impresentables prostituyendo una causa noble (en este caso es una forma de ocultar la corrupción de los chorros de siempre) eso es una mayúscula muestra de debilidad y cobardía». Luego, la Oficina de Presidencia confirmó que Milei «vetará el irresponsable proyecto de aumento del gasto público».