Raúl Carioli fue, indudablemente, un ciudadano que representó, tal vez como pocos, a un Casares que se fue perdiendo de a poco en el recuerdo y la nostalgia. Un Casares a la vez romántico y progresista que dejara cientos de páginas de gloria, escritos en el libro de la historia de un pueblo,
Aquel hijo de Juan Bautista Carioli, un laborioso inmigrante venido de la Italia para “hacer la América” en el sentido personal y literario, que siguiendo el ejemplo y camino paterno, trabajó y luchó junto a sus hermanos y el entorno familiar (los Carioli eran una familia numerosa y muy arraigada en nuestra sociedad) para constituir un emporio comercial que tuvo una época de gran esplendor y que fuera señera en el ramo de los talleres y venta de automóviles.
En la esquina de Las Heras y Vicente López, ocupando gran parte de la manzana, estaba el edificio donde desarrollara a sus labores de herrería, luego taller y en un pasado más reciente, concesionaria de automóviles de brillante y reconocida trayectoria. Allí, martillo y sudor, esfuerzo y tesón, don Juan Carioli y sus hijos, que aprendieron con él a enfrentar al destino en la lucha diaria y el sacrifico fueron construyendo, ladrillo sobre ladrillo, ese emporio. Porque Carlos, Diego, Miguel y Raúl, siguieron el camino que trazara el viejo, Juan. Lo transcurrieron y mejoraron.
Y un día la naciente empresa industrial automovilística IKA los nombró sus concesionarios, comenzando su comercio de venta y asistencia mecánica de automotores, que luego se ampliara con la representación de Mercedes Benz. Era el momento de mayor esplendor de la firma Carioli Hermanos. Y también fue el momento juvenil y destacado de Raúl Carioli, que fue un verdadero Dandy, vistiendo con elegancia, rodeado de un grupo de amigos, que como él, eran la flor y nata de un Casares romántico, que hoy es pura nostalgia…era el momento en que Raúl se paseaba por las calles casarenses en su Cadillac blanco, ante el asombro y admiración de las niñas de entonces, Si, era otro Casares y otra historia, que muchos recuerdan con una sonrisa y una lágrima de emoción y nostalgia.
Y Raúl Carioli, junto a su hermano Miguel, también se sumaron a un naciente automovilismo deportivo y a través del Turismo de Carretera, en la hermosa época de las cupecitas, participaron en un montón de carreras representando a Carlos Casares por los caminos de la patria. Y un día, el Dandy de mediados de siglo encontró el amor y formó su familia. Casado con Susana Sigwald, joven profesora de Historia que se desempeñaba en el colegio Nacional, padres de 4 hijos, Raúl, Sergio, Alejandro y Graciela, que lo hicieron reiteradamente abuelo y bisabuelo, que fueron la mejor cosecha de la siembra con la que prolongó su vida. Y el tiempo y el destino siguieron su camino…Como un día muriera don Juan, también sus hermanos fueron emprendiendo el camino hacia los espacios donde moran los recuerdos y el comercio de la equina de Las Heras y Vicente López se transformó en supermercado, Raúl Carioli, con la representación de la marca Mercedes Benz, de la que integró la comisión de Concesionarios, se fue hacia la ruta 5, con la firma Suiza y allí instaló su nuevo reino. Todo ese derrotero de trabajo, de logros y de lucha, un día lo plasmó en un libro, “Carioli, más de un siglo de trabajo”, que presentara en sociedad el 18 de marzo de 2011 en la Biblioteca José Ingenieros.
Un día el andar parejo de sus más de 90 años de existencia, comenzaron a mostrar sus falencias, y en su domicilio, rodeado de sus seres queridos, como el viejo patriarca de tiempos ancestrales, cerró sus ojos para siempre el 23 de febrero. Sus restos fueron inhumados en el Cementerio Municipal, el mismo 23, a las 17,15 hs. ante reiteradas muestra de dolor que su partida provocara.
Con Raúl Carioli desaparece físicamente, uno de los últimos representantes de un Casares romántico que ha quedado para siempre grabado en el recuerdo de sus pobladores.