El sábado ppdo. en el Salón España tuvo lugar, en el marco de los festejos por los 50 años del Instituto Comercial Mixto Juan XXIII, la Cena del Reencuentro constituyéndose en una velada inolvidable para las aproximadamente 500 personas presentes.
La emoción y la nostalgia del paso por la institución en su època adolescente embargó a cada uno de los presentes por el reencuentro con antiguos compañeros después de mucho tiempo para compartir en sana alegría tantos y tan gratos recuerdos estudiantiles.
La expectativa y la ansiedad motivó que mucho antes de la hora prefijada para el inicio, muchísimos asistentes se dirigieran al salón España para disfrutar plenamente de una velada realmente inolvidable.
Una recepción con delicadas exquisiteces los esperaba y que daba la pauta de que el servicio contratado, de la ciudad de Junín, estaría a la altura de tan grato acontecimiento.
Durante el transcurso de la Cena del Reencuentro tuvieron lugar los discursos, los cuales con su esperada cuota de emotividad estuvieron a cargo de Zulma Lugano de Villarino, quien vivió más de 30 años en la institución como profesora y como rectora; el ex alumno, Adalberto Mensi, de la Comisión de ex Alumnos y la actual Directora Prof. Mabel Graciano.
Fue una noche plena de reencuentro donde distintas promociones y por que no decirlo generaciones de alumnos, profesores y personal que compartió tantas vivencias a lo largo de 50 años, tuvieron la hermosa ocasión de poder volver a revivir tantos recuerdos comunes y sueños compartidos.
La animación musical estuvo a cargo de “Killy” Oroño, quien junto a Walter Tello y “Juanjo” hicieron que la diversión se canalizara a través del baile, a lo que se sumó un excelente esquema gimnástico a cargo de las alumnas de GymManía.
No faltó el reconocimiento para aquellos que tanto como alumnos o como profesores marcaron el camino institucional de Juan XXIII entregándosele hermosos y muy merecidos recordatorios.
La torta aniversario con el tradicional brindis fue el broche de oro para este cincuentenario del Instituto Juan XXIII, donde alumnos y docentes de las distintas promociones muchos de ellos provenientes de distintos y lejanos lugares del país, revivieron con emoción su paso por la institución despojados de todo lo que no fuera el verdadero espíritu que envolvió a todos los presentes: revivir el espíritu estudiantil y los sueños que el “Juancho” los ayudó a forjar.