En su discurso de apertura de las Sesiones Ordinarias del Honorable Concejo Deliberante, el intendente Torchio en uno de sus párrafos desarrolla la idea de continuar con la senda peatonal del camino al cementerio, la que se encuentra trunca por la fila de añosos eucaliptus que impiden su continuación, y por lo tanto los jóvenes cuando salen de la bailable sita en las inmediaciones, y no cuentan con medios de locomoción, deben hacer un tramo prácticamente sobre la ruta o su angosta banquina, con el riesgo que ello significa. El jefe comunal propone, previo acuerdo o consenso con la oposición, mudar esos árboles a otra obra de la comuna en ejecución, el acceso de tránsito pesado, en una tarea que por cierto será sumamente compleja y tal vez costosa, pero que permitirá completar una obra que no solo es de utilidad para la práctica aeróbica sino que es de vital importancia para la seguridad de los jóvenes que transitan ese tramo al que la senda no ha podido llegar precisamente por esos aucaliptus.
DARÁ MUCHA TELA PARA CORTAR…
Dicha medida (la continuación de la senda peatonal), por cierto inspirada pensando en la seguridad, y sin olvidar que allí hace algunos años ocurrió una terrible tragedia que arrojó el saldo de dos menores muertos, no será aceptada por todos, especialmente por aquellos que hacen una cerrada defensa del patrimonio arbóreo local. Claro quedó en su discurso, que el intendente no propone arrancar esos eucaliptus, sino el trasladarlos a otro lugar, seguramente contemplando todas aquellas medidas tendientes a evitar que dicho traslado pueda significar su deterioro o su muerte. Sobrados ejemplos existen de mudanzas similares, las que se han llevado a cabo con éxito. De todas maneras habrá mucha tela para cortar, para no decir irónicamente madera como dirán algunos, las redes sociales hervirán de opiniones y cada cual dirá lo que tiene que decir. Lo importante es que se haga lo correcto, como correcto es la búsqueda del consenso. La senda peatonal está frenada, por así decirlo, y su función que es la de brindar seguridad a los peatones es relativa, ya que tanto los que practican caminatas aeróbicas como los que regresan de la bailable, transitan ese tramo sin senda peatonal, a riesgo de ser arrollados por uno de los tantos vehículos que circulan por esa arteria.