La sucesión de robos de vehículos de alto valor en el mercado, especialmente camionetas «premiun» cuyo costo oscila entre los 250 y los 400 mil pesos, y que en algunos casos llegan a los 600 y 800 mil, debe alertar a los dueños de estos vehículos, como así también a los de automóviles de alta gama, los que últimamente están siendo elegidos por los ladrones de autos profesionales, que evidentemente están encontrando en el interior una manera menos riesgosa de poder hacerse de los mismos. Con el agravante de que cuentan en la actualidad con recursos técnicos que les permiten abrir las puertas, desconectar alarmas y poner en marcha dichas unidades en tan sólo unos pocos minutos. Por lo general eligen autos o camionetas estacionados en lugares apartados o de lo contrario oscuros, para intentar no ser identificados por ocasionales transeúntes.
El robo de su camioneta al conocido productor Juan José Roch evidencia que sus autores no son improvisados, y que además contaban con un plan para eludir a la posible persecución policial evitando pasar por lugares donde pudieran ser detectados por cámaras de seguridad.
Lo que tal vez no se sepa porque no hubo difusión al respecto es que el sábado anterior al robo a Roch, firzaron la cerradura de tres camionetas modelos entre 2012 y 2013 pero no las pudieron poner en marcha. El mismo día de Roch lo intentaron con otras tres, una propiedad de Horacio Alvarez otra de un vecino de apellido Zabala y la restante desconocermos su dueño. Trabajan con un bloqueador de alarma, luego pegan un golpe violento en el tambor de la cerradura y lo arrancan, y una vez adentro trabajan sobre los cables de encendido y le aplican una notebook para manejar la computadora del vehículo.
Es evidente que por lo tanto se enciende una luz de alerta que debe ser tenida en cuenta por los propietarios de dichos vehículos, aunque poco y nada es lo que se puede hacer, dado que el hecho de que aún contando dichas unidades con cierres de seguridad, alarmas o lo que fuere, no significan obstáculo alguno para la habilidad, profesionalismo y osadía de estos ladrones.
Se podría sugerir que cuando deban dejar sus camionetas o autos estacionados, se cuiden de hacerlo en lugares iluminados donde una actividad sospechosa pueda detectarse, pero no siempre quien concurre a cenar, a un espectáculo o a cualquier otro lugar, encuentra ese tipo de espacios y se ve obligado a estacionar donde haya un lugar libre.
Cobra por lo tanto mucha importancia el tendido de una red de cámaras de seguridad que ante un ilícito de la características enunciadas, permita un seguimiento visual de la trayectoria de los vehículos robados, para intentar recuperarlos a la mayor brevedad, antes que el apoyo logístico con el que evidentemente cuentan los delincuentes, impidan o compliquen la acción policial.
En Casares se está transitando en ese camino, su eficiencia está probada.