El Oeste un mes atrás se hizo eco de un creciente rumor que sindicaba el inminente cierre de la fábrica, que desde el 1º de marzo ppdo. había dejado de producir.
La noticia no podía ser peor. 26 familias quedarán en la calle como consecuencia del cierre de la fábrica de quesos de Gobernador Arias, ex-La Marlida, de Levino Zaccardi, que fuera adquirida en 1997 por la empresa brasileña Perdigao S.A.
Cuando El Oeste titulando «Creciente Rumor» se hizo eco de un comentario que señalaba el inminente cierre de la fábrica, en una consulta que se le hiciera al encargado de la misma, Miguel Oggianú, éste manifestó: «No es cierto, la fábrica no está en situación de cerrar, las 26 personas que prestan servicio reciben su paga normalmente y se ocupan de tareas complementarias». Oggianú reconoció que desde el 1º de marzo la fábrica estaba parada, habiéndose suspendido desde esa fecha la compra de leche, pero por razones de comercialización y otras, no porque estuviera en situación de cerrar. Agregó Oggianú que las instalaciones estaban en perfecto estado de mantenimiento, listas para recomenzar en cualquier momento, aunque se cuidó de manifestar que el presente era ese, pero que nadie puede predecir el futuro.
Y EL FUTURO NO PODÍA SER MÁS NEGRO…
El miércoles por la mañana cayó la bomba. Fue anunciado el cierre definitivo de la fábrica, la que en algún momento tuvo varios interesados en adquirirla, todos del mismo ramo, pero las negociaciones se estancaron porque los potenciales compradores no querían hacerse cargo del personal. Precisamente pudimos enterarnos que los empleados habían escuchado que la fábrica estaba a la venta y a los más antiguos se les había ofrecido el retiro voluntario pero no habían aceptado. El miércoles los empleados se presentaron a trabajar como todos los días, cargaron un camión y luego se les comunicó que la fábrica cerraba, hacién-doseles entrega de los telegramas de despido, también tenían hechas las liquidaciones de las indem-nizaciones (algunas de ellas altas), encontrándose presente la gente del gremio. Fue para ellos una triste sorpresa.
La empresa luego contrató al personal de menor antiguedad para tareas complementarias al cierre de la misma.