Los políticos de la oposición están que trinan contra el oficialismo. «Torchio no nos da bola, en el Concejo rebotan todo» se quejan los concejales Seraci, Romag-noli y Cia., ya prácticamente lanzados a lo que será la futura campaña política. Un remake de lo que supo suceder en otras épocas con otros oficialismos y otras oposiciones. La eterna puja de los Concejos Deliberantes entre aquellos que tienen la mayoría y los que van en el furgón de cola y sólo tiene la posibilidad de oponerse, criticar e intentar que alguno de sus proyectos sea aprobado. Algunas veces la relación de fuerzas en el departamento legislativo ha sido distinta, más pareja o incluso beneficiosa para la oposición, que tuvo una tribuna más efectiva, llegando a complicar en parte el libre accionar del gobierno de turno.
Miles de anécdotas podrían relatarse respecto a esa relación política de amor y odio (político, se entiende) entre dirigentes opositores y oficialistas. Como en épocas del gobierno de Héctor Miró (f) cuando Néstor Rodríguez Cros comandaba la tropa radical (oficialista) en el Concejo Deliberante y ante la actitud de algunos díscolos concejales del peronismo que encendían el debate y la crítica, Néstor se echaba hacia atrás en su banca y socarrona-mente les decía «8 a 6, 8 a 6…» señalándoles la diferencia de fuerzas que anticipaba el resultado de la votación, dado que el radicalismo tenía 8 concejales y el peronismo 6. Y como esas anécdotas, muchas más, en las que la mayoría la gozaba ante la impotencia de la minoría.
La alternancia que le dicen. Sucede en el orden nacional, la oposición también se queja, despotrica, se levanta de sus bancas, recorre los medios demonizando al gobierno, y finalmente la mayoría logra su objetivo. ¿Será por eso que dicen que la democracia es el menos malo de los sistemas?.