Programas de televisión, radiales, y titulares de tapa en los diarios y revistas nacionales, difunden noticias cuyo interés se ve reducido tan sólo a un porcentaje medio y más bien pequeño de la población.
El caso Boudou, por citar un ejemplo, tan batido a nivel de los medios opositores al gobierno y en general aunque con menos repercusión en aquellos que se llaman «independientes», no parece interesar mucho a la ciudadanía. Días pasados intentamos hacer una encuesta sobre ese tema y nos encontramos conque únicamente parecía estar al tanto un sector específico de los vecinos, que poco y nada interesaba una buena parte de las mujeres y de los jóvenes consultados, y que en profundidad los que conocían el tema en detalle eran contados.
La reciente encuesta incluida en anterior edición referida a la reforma al Código Procesal Penal respecto a los extranjeros que delinquen, también mostró algún grado de desinterés y desinformación sobre el tema. De 84 personas consultadas sólo logramos que nos respondan la mitad, el resto decía no conocer de que le hablábamos o no les interesaba como para opinar. En su mayoría se trataba de personas jóvenes, entre los 30 y los 45 años.
Sin duda el interés de los ciudadanos pasa por otro lado. Tinelli, Susana Gimé-nez, Guapas, los programas televisivos de chimentos con las comidillas de alcoba de los famosos, van a la vanguardia de los temas que más interesan al grueso de los televidentes, a lo que les sigue la noticia policial que mucho tiene que ver con la inseguridad que cada vez preocupa más, y a partir de allí los gustos son variados, van por la política, la puja presidencial con los medios o estos con la presidenta, pero el consumo es mínimo en comparación con el resto.
¿Qué dicen los encuesta-dores al respecto?. Nada, porque no encuestan esos temas, tal vez para no enfrentarse a una realidad que le quitaría todo sentido a la pretendida discusión nacional.
También es cierto que los casarenses están politiza-dos, pero a nivel local, cosa que no ocurre demasiado en otros partidos vecinos, tal vez porque aquí los medios están politizados, nada se escapa, todo se discute, hay polémica y eso es bueno.
Volviendo a los temas nacionales, si en el país ocurre lo mismo que en Carlos Casares, es evidente que la problemática de los argentinos no pasa ni por Boudou, ni por Lázaro Báez, ni por Cristóbal López. Tampoco por las reformas al Código Procesal Penal, ni la jubilación de Zafaroni o las alucinaciones apocalípticas de Lilita Carrió.
Macri como Discépolo lo mezcla a Borges con Tinelli, los asaltantes de caño van a la televisión, y Susana reedita La Mary acostándose otra vez con Monzón, mientras Massa vuelve al Tigre y habla de la inundación.
Caperucita Roja no era virgen y el lobo se hizo gay (off de récord).